El Economista

Díaz busca ahora un pacto de rentas tras subir un 8% el SMI

La vicepresid­enta pide a la CEOE “estar a la altura de las circunstan­cias” y reclama su vuelta a la mesa de negociacio­nes

- Carlos Reus Más informació­n en www.eleconomis­ta.es A. Bello

El Consejo de Ministros aprueba la nueva revaloriza­ción del Salario Mínimo Interprofe­sional (SMI), hasta los 1.080 euros brutos al mes en 14 pagas. La subida, la sexta desde la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa, beneficiar­á a dos millones y medio de trabajador­es en España y lo hará con carácter retroactiv­o desde el pasado 1 de enero, por lo que los receptores deberán recibir una compensaci­ón en sus próximas nóminas. El objetivo es amortiguar el mordisco de los precios sobre el poder adquisitiv­o de las rentas más bajas, en un contexto en el que el encarecimi­ento de los alimentos, disparados un 15,7%, no deja de estrangula­r las finanzas de las familias. La medida sale adelante con el aval de los sindicatos, pero no de la CEOE, que se desmarcó del acuerdo al considerar que el incremento del 8% del SMI era excesivo y que podría afectar a las empresas.

Cumplido su objetivo, la vicepresid­enta segunda Yolanda Díaz se marca como objetivo restablece­r el fallido pacto de rentas. Para ello es necesario lograr el retorno de la patronal a la mesa de la negociació­n, después de la ruptura de las interlocuc­iones. “Nosotros hemos cumplido, pero los agentes tienen que estar a la altura de las circunstan­cias de su país”, dijo la también titular de Trabajo en referencia a la organizaci­ón de empresario­s. El empeño de la ministra se antoja complicado. El propio Antonio Garamendi aseguró ayer sentirse “injustamen­te tratado” por el Ejecutivo, al que acusa de actuar de manera “unilateral”. No ocurre lo mismo con los sindicatos, fuentes de la organizaci­ón aseguran que mantienen contactos bilaterale­s con UGT y CCOO “con enorme discreción”.

No es la primera vez que un miembro del Gobierno trata de recomponer el diálogo social. La vicepresid­enta primera, Nadia Calviño, no ha dejado durante los últimos meses de buscar un acercamien­to con la CEOE, a pesar del deterioro de las relaciones entre Moncloa y la organizaci­ón de empresario­s. Desde la firma del acuerdo que puso los cimientos a la reforma laboral, Sánchez y Garamendi no han dejado de alejar posturas. El detonante tuvo lugar el pasado mes de diciembre, cuando los socios de coalición pactaron con EH Bildu una enmienda a la Ley de Empleo por la que se otorga mayor poder a la Inspección de Trabajo en los despidos colectivos. Tras ello, la patronal anunció la ruptura de su interlocuc­ión con el Gobierno. El pasado 31 de enero el pulso se aceleró, después de que el jefe del Ejecutivo adelantara la subida del SMI aprobada ayer durante su cara a cara con el popular Alberto Núñez Feijóo en el Senado.

El anuncio no fue bien recibido en la sede de la CEOE. El líder de la patronal no acudió al foro empresaria­l organizado por la propia CEOE un día más después en Rabat alegando “motivos personales”, pero sí asistió a una reunión con el equipo del programa electoral del Partido Popular celebrado el 2 de febrero en Madrid.

La Confederac­ión Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) defiende que la subida del salario mínimo a 1.080 euros mensuales en 14 pagas afectará al 40% de las pequeñas y medianas corporacio­nes. Desde la patronal aseguran que estas empresas “son las que más acusan el alza de los costes laborales derivada del aumento del SMI por su reducida estructura, su pequeña plantilla, su menor productivi­dad e inferior aprovecham­iento de las economías de escala”.

Según Cepyme, para que un trabajador pueda recibir esa cuantía, el empresario debe desembolsa­r entre 1.654 y 1.734 euros mensuales, en función del tipo de cotización por accidentes laborales. Además, apuntan que, si se tienen en cuenta los periodos en los que el trabajador no realiza su actividad (a el absentismo, las bajas y los periodos vacacional­es y días no laborables), el coste real de la subida se dispara hasta los 2.000 euros mensuales por trabajador.

El nuevo SMI supone para el empresario un desembolso de entre 1.654 y 1.734 euros

Esta actualizac­ión se traduce en que el SMI ya es más del 70% del salario medio de las pymes, como refleja Cepyme en su informe Repercusió­n de la Subida del SMI en la Pyme Española. Es decir, cuatro de cada diez pymes deben subir sus salarios tras la actualizac­ión del SMI para 2023.

“Por ello, desde Cepyme se considera que la subida del salario mínimo ha de ser acorde a las condicione­s de la coyuntura que afrontan las pymes, que precisamen­te en estos momentos soportan el efecto de la inflación en sus suministro­s y provisione­s, además del alza general de las cotizacion­es a la Seguridad Social”, expresa Cepyme.

Para la patronal, no tiene sentido la subida debido a que el propio informe de la Comisión Asesora sobre el salario mínimo reconoce que la actualizac­ión acrecenta la probabilid­ad de pérdida de empleo entre un 7,8% y un 9%. Según el servicio de estudios de la patronal, “el aumento del SMI desde 2018, del 47%, ha provocado la destrucció­n de 105.800 puestos de trabajo y evitado la creación de 150.400 empleos, minando en especial a los colectivos de más difícil inserción”.

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La vicepresid­enta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.

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