Una pista sobre el mar en El Prat no es viable para la mayoría de vuelos
La distancia con la terminal excede el tiempo en tierra de las rutas de corto radio
La propuesta de construir una pista sobre el mar para ganar capacidad en el Aeropuerto de Barcelona, impulsada por un grupo de profesionales y académicos, ha suscitado un amplio debate público sobre su viabilidad técnica, económica y ambiental, pero también se le suma una vertiente operativa: cumpliría el objetivo de permitir operar vuelos de largo radio sin el impacto acústico que impide que se utilice actualmente para este cometido la pista larga de tierra firme, pero únicamente serviría para eso.
No serviría para los vuelos de corto radio, que son los mayoritarios en cualquier instalación y los que alimentan de pasajeros a las rutas intercontinentales, porque la distancia con las terminales requiere demasiado tiempo de traslado, y precisamente el modelo de negocio de las aerolíneas que vuelan punto a punto radica en la minimización del tiempo en tierra para que un mismo avión pueda volar el máximo de veces en un mismo día, según han explicado a elEconomista.es fuentes del sector aeronáutico.
En el caso de la propuesta de construir la pista sobre el mar a 1.500 metros de la costa, el tiempo necesario para que los aviones de los vuelos de corto radio llegasen a las terminales y regresasen a pista casi igualaría el que ahora utilizan para toda la operativa de llegada, desembarque del pasaje, embarque del nuevo y despegue. Ello dejaría la nueva pista marina infrautilizada, cuestionando la eficiencia económica de invertir más de 2.000 millones de euros solo para uso de los vuelos de largo radio, que son minoría (47 destinos en 2019 y 43 en 2022, todavía con afectaciones por la pandemia y otros factores geopolíticos internacionales), pese a los planes para potenciarlos en los próximos años.