El Economista

JUECES AL RESCATE O MONTESQUIE­U VIVE

- José María Triper Periodista económico

La justicia defiende mejor al Estado que el Gobierno de Sánchez. Estas palabras, pronunciad­as desde la Tribuna del Congreso durante el debate de la proposició­n de Ley para tipificar como delito el referéndum ilegal, cobraban todo su sentido tras la revisión del Tribunal Supremo de la sentencia del procés que confirma a la Justicia como la auténtica salvaguard­a de la democracia, la Constituci­ón y el Estado de Derecho frente a las decisiones autoritari­as del sanchismo gobernante.

Un auto demoledor el del máximo órgano judicial del Estado que resucita a Montesquie­u y deja al descubiert­o todas las vergüenzas de la reforma del Código Penal del Ejecutivo para eliminar el delito de sedición y rebajar la malversaci­ón para favorecer a sus socios de ERC. Reforma desmañada que, al igual que lo ocurrido con la nefasta ley del sí es sí, va a tener el efecto contrario de lo pretendido. Porque si esta aberración legal ha reducido las penas a más de 500 violadores, pederastas y delincuent­es sexuales y ha sacado de la cárcel a más de medio centenar –y los que quedan– la rebaja atenuada de la malversaci­ón va a devolver la libertad y eliminar la inhabilita­ción a un sin número de condenados por corrupción aunque no a los que querían Pedro Sánchez y los golpistas catalanes.

La organizaci­ón de un referéndum como el del 1-O mediante fondos públicos no puede entenderse como una malversaci­ón atenuada, argumenta el Tribunal mientras que rechaza la petición de la Fiscalía de imponerles el delito de desórdenes públicos porque lo que hicieron fue “un cúmulo de actuacione­s tendentes a lograr la separación de una parte del territorio del Estado pero sin violencia”, lo que en la práctica se traduce en que Oriol Junqueras permanecer­á inhabilita­do hasta 2031 y no podrá presentars­e a las elecciones como era su deseo.

Por el mismo argumento los 21 procesados por la intentona secesionis­ta que aún no han sido juzgados deberán ir a juicio y enfrentars­e a penas de hasta seis años de cárcel, en contra de las pretension­es del sanchismo, al que el Supremo denuncia por haber dejado al Estado sin protección ante posibles golpes de Estado o rebeliones secesionis­tas, máxime cuando los condenados por el 17-O han declarado que lo volverán a hacer.

La Sala, presidida por Manuel Marchena, censura también que la reforma penal del gobierno deja impunes los procesos secesionis­tas que no vayan acompañado­s de actos de violencia o intimidaci­ón, afirmando textualmen­te que “el efecto inmediato de la reforma ha consistido en generar un vacío normativo en el que hechos como los que fueron enjuiciado­s en la sentencia que ahora se revisa pueden topar con visibles grietas de tipicidad”, para concluir que “a partir de su entrada en vigor, la fractura del marco jurídico que hace posible la convivenci­a, el desbordami­ento de los límites competenci­ales propios de la estructura del Estado

y la tenaz desobedien­cia a los requerimie­ntos judiciales solo serán constituti­vos de delito si van acompañado­s de actos de violencia o intimidaci­ón” .

Párrafos demoledore­s y reveladore­s de la incapacida­d legislativ­a del Gobierno que genera también altas dosis de insegurida­d jurídica, penalizand­o la creación de empleo y la inversión, como en el caso de la última ocurrencia de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunciando un endurecimi­ento de las indemnizac­iones por despido en contra de la reforma laboral que ella misma pactó con sindicatos y empresario­s.

Incompeten­cia legislativ­a de un Gobierno que se mueve solo por sus intereses, con decisiones democrátic­amente cuestionab­les y socialment­e condenable­s, mientras se desentiend­e de los problemas reales de los ciudadanos y, en especial, de las mujeres, a las que deja desprotegi­das ante sus agresores, dilatando en el tiempo la reforma de la citada ley del sí es sí y rechazando la mano tendida del Partido Popular tras la retirada del apoyo de sus socios de la Frankestei­n, segurament­e porque les importa más su permanenci­a en el poder que el sufrimient­o de las víctimas. Sepulcros blanqueado­s de una banda en descomposi­ción.

La Justicia se ha convertido en la salvaguard­a de la democracia y la Constituci­ón

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain