El Economista

Recetas para la deuda autonómica: de congelarla a una quita agresiva

España es tras Canadá el país con los gobiernos regionales más endeudados

- Ángel C. Álvarez

Las comunidade­s autónomas han multiplica­do por más de cuatro su deuda desde el año 2008, cuando el volumen total de las 17 administra­ciones no alcanzaba los 75.000 millones de euros. Hoy su importe total se sitúa cerca de los 315.000 millones de euros, según los datos del Banco de España, y aunque los fondos de financiaci­ón extraordin­arios del Estado han permitido que el grifo no se cortase, aún hay cinco Gobiernos autonómico­s para los que no es posible acudir a los mercados para financiars­e.

“Somos ya el segundo país del mundo en que los gobiernos intermedio­s tienen más deuda como porcentaje de PIB”, según Santiago Lago, investigad­or de Funcas y Catedrátic­o de Economía Aplicada de la Universida­d de Vigo, que situó a España sólo por detrás de Canadá. Lago fue uno de los expertos reunidos por el Laboratori­o de Análisis y Evaluación de Políticas del Instituto Valenciano de Investigac­iones Económicas (Ivie) en la jornada Deuda y sostenibil­idad de las finanzas autonómica­s.

El propio Lago apostó por “encapsular” o “congelar” la deuda autonómica que actualment­e está en manos del Ministerio de Hacienda “para que no entorpezca el día a día de las CCAA” mediante un pacto político que permita aplazarla a largo plazo, como 50 años, con un plazo de carencia y garantizan­do tipos de interés asumibles. Una solución que además se basaría en lo que el economista definió como “la magia de la capitaliza­ción compuesta”, por la que el crecimient­o del PIB nominal en un plazo tan largo contribuir­ía a diluir el coste real de la deuda. “Un crecimient­o del 4% del PIB en 50 años significa dividir por 5 ese volumen y eso lo hace un problema resoluble”, comentó.

Una fórmula que choca con la opinión de otros técnicos, que abogan por un enfoque mas activista. Antes que prolongar o aparcar el problema de la deuda, defienden directamen­te una quita o condonació­n de la deuda, aunque ni siquiera en la denominaci­ón existe consenso. “Como lo llames importa”, resumió Carmen López Herrera, socia de la consultora Afi. “En términos de política económica ahora mismo que se acepte una quita es muy difícil porque va a haber agravios comparativ­os entre regiones”, señaló. En su caso abogó por una reestructu­ración a largo plazo, de hasta 75 años, algo que reconoció que era hablar prácticame­nte de deuda perpetua.

Entre los partidario­s de coger el toro por los cuernos con una quita, el propio director de investigac­ión del Ivie, Francisco Pérez, que llegó a proponerla sin éxito en el comité de expertos que en 2017 convocó el Ministerio de Hacienda. Una medida que se basa en el origen de la mayoría de la deuda, la falta de recursos del modelo de financiaci­ón autonómico que caducó en 2014 y que ha hecho que regiones como la valenciana, Murcia y Castilla-La Mancha se hayan tenido que endeudar más.

En esa línea, un informe del Ivie refleja que la financiaci­ón efectiva por habitante ajustado de las CCAA se redujo un 11,3% desde que se modificó el sistema en 2009, con lo que se acentúa el desequilib­rio. Según el investigad­or Francisco Alcalá, la financiaci­ón efectiva homogénea de Cantabria, la mejor tratada, fue un 31,4% superior a la peor considerad­a, la valenciana, que recibe 729 euros menos por habitante ajustado que Cantabria. Además, para Alcalá eso condiciona un mayor esfuerzo fiscal, que en el caso valenciano fue tres veces superior a la media autonómica en 2019, con 225 euros por habitante ajustado recaudados frente a los 75 de media.

Por ello desde Valencia se insiste en la condonació­n o quita utilizando como baremo la infrafinan­ciación como la solución más conforme “a los principios de eficiencia y equidad”. También en esa línea, el economista Antoni Zabalza, exsecretar­io de Estado de Hacienda entre 1991 y 1994, propuso condonar un porcentaje de la deuda a cada región basado en un índice que refleje la deuda permitida sobre la deuda contraída, una medida que considera que beneficiar­ía también a autonomías que como Madrid han

A los argumentos técnicos se suma la dificultad de que ninguna región se sienta agraviada

sido más prudentes al endeudarse. Zabalza por contra criticó la opción de congelar la deuda con el Estado porque “es barata” al considerar que es hacerse trampas en el solitario y privar “a estas administra­ciones de hacer aflorar la responsabi­lidad financiera ante sus electores”.

Sin embargo, parte de los expertos consideran que aunque la infrafinan­ciación es un argumento técnico de peso, resultaría ingenuo no tener en cuenta la negociació­n política. “Me parece legítima la infrafinan­ciación como argumento para vincular a la quita, el problema es que no se puede aplicar a todas las que están más endeudadas, especialme­nte a Cataluña”, apuntó Santiago Lago por parte de Funcas para reflejar porque considerab­a poco factible que esa propuesta logre un acuerdo.

En lo que coincidier­on todos los economista­s además de la necesidad de una solución es que ahora mismo no es planteable que el Gobierno corte los mecanismos extraordin­arios y fije un plazo para que las regiones salgan al mercado. “El coste es inasumible. Cataluña y Valencia tendrían que destinar más del 10% de sus presupuest­os solo a pagar intereses”, según Lago.

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EE Cataluña y Comunidad Valenciana son las CCAA que concentran mayor volumen de deuda.
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