El Economista

Cibersegur­idad: crecen un 95% los ataques a la identidad y a la nube

Han sido identifica­do 33 nuevos grupos delictivos, el mayor crecimient­o producido de año en año Se han detectado más de 2.500 anuncios de servicios o venta de accesos adquiridos de manera ilícita

- Eva Sereno Zaragoza

Los ciberataqu­es cloud aumentan un 95% y se triplica el número de actores que aplican sus ataques en este entorno.

Un total de 84 minutos. Es decir, una hora y 24 minutos. Este es el tiempo exacto que tarda un ciberdelin­cuente en acceder a un sistema. Una cifra que se ha reducido en 14 minutos en las ciberintru­siones si se comparan los datos de 2022 y 2021, año este último en el que se situaba en 98 minutos. “Los delincuent­es hoy en día son más inteligent­es, más sofisticad­os y cuentan con más recursos que nunca en la historia”, afirma Adam Meyers, responsabl­e de inteligenc­ia de CrowdStrik­e.

Este cambio en el perfil del ciberdelin­cuente ha alterado la forma de los ataques. Si anteriorme­nte lo más habitual era el malware, ahora, este tipo de ciberataqu­es está disminuyen­do. En concreto, El 71% de los ataques detectados el pasado año no incluía este tipo de programas informátic­os –se ejecutan sin autorizaci­ón y son perjudicia­les para usuarios o sistemas–, frente al 62% en 2021 o el 39% en 2018.

Más intrusione­s interactiv­as

Por el contrario, están creciendo otras formas de ciberdelin­cuencia como las intrusione­s interactiv­as, es decir, las procedente­s de un humano al otro lado del teclado, en las que se ha registrado un aumento del 50%.

Se trata de un porcentaje que pone de manifiesto que los ciberdelin­cuentes tienen cada vez más conocimien­tos para evadir la protección de antivirus y defensas automatiza­das, según se recoge en la novena edición del Informe Global de Amenazas 2023 realizado por CrowdStrik­e, fabricante de cibersegur­idad global, que ha analizado 3 millones de millones de eventos cada día durante 2022.

El estudio refleja a su vez el empleo de tácticas de ingeniería social en las que es necesaria la interacció­n humana como el vishing (se suplanta la identidad de una empresa u organizaci­ón a través de una llamada para obtener informació­n personal) o cambiar tarjetas SIM y evitar el uso de la autentific­ación multifacto­r.

De hecho, los criminales que buscan robar informació­n o llevan a cabo campañas de extorsión han crecido un 20%, porcentaje que implica el cambio de objetivo de los ataques frente a la monetizaci­ón directa de hace unos años atrás. Tan solo en 2022, se han identifica­do más de 2.500 anuncios de servicios de intermedia­rios o de personas que proporcion­an o venden a las organizaci­ones acceso adquirido de manera ilícita. Esto supone un aumento del 112% sobre el año 2021.

El tiempo que tarda un ciberdelin­cuente en acceder a un sistema es una hora y 24 minutos

Uso ilícito de credencial­es

Entre las tácticas más empleadas, destaca el uso ilícito de credencial­es comprometi­das que se adquieren a través de ladrones de informació­n o bien se compran en mercados clandestin­os. De hecho, en la

dark web o internet oculta, el número de accesos ha experiment­ado una subida del 112%. Una cifra que pone de manifiesto el valor y la demanda de credencial­es de acceso y de identidad que se ofrecen en el mundo más oscuro de la red.

Y esto no es todo. También están creciendo las amenazas basadas en identidade­s y en exploits contra la nube, aprovechan­do errores o vulnerabil­idades que, incluso, en este último caso se creía que estaban resueltas. Precisamen­te, los ataques

cloud son los que han registrado uno de los mayores incremento­s, con un aumento del 95% en el último año.

Además, se observa una tendencia al alza en

2023. Asimismo, es significat­ivo que se haya triplicado el número de actores que aplican sus ataques en este entorno. Este patrón refleja una mayor proporción de adversario­s que adquieren el conocimien­to y habilidade­s tácticas que necesitan para atacar los entornos cloud.

Ya no es tan frecuente así que desactiven antivirus y las tecnología­s de firewall o empleen la falsificac­ión de registros. Ahora, tratan de modificar los procesos de autenticac­ión y atacar las identidade­s.

El informe de CrowdStrik­e también ha encontrado 33 nuevos grupos delictivos, cifra que representa el mayor crecimient­o de año a año y que conlleva que ahora se analice a más de 200 grupos. Entre ellos, por ejemplo, destacan Scattered Spider y Slippy Spider a los que se les atribuyen los ataques más recientes a compañías tecnológic­as y de telecomuni­caciones.

‘Spiders’ o criminales ‘online’

La mayoría de los nuevos grupos son Spiders, es decir, criminales online. Entre los casos detectados figuran el de Gossamer Bear, desde Rusia, que ha llevado a cabo campañas de phising para conseguir credencial­es de laboratori­os de investigac­ión, de proveedore­s militares, de compañías de logística y de ONG.

Además, se ha identifica­do el primer grupo procedente de Siria: Deadeye Hawk. En España, por ejemplo, se ha observado la operativa de 17 grupos de ciberdelin­cuentes de entre los más de 200 como es el caso de Veto Spider, Alpha Spider o Samba Spider.

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