Helena Viñes, la arquitecta de las finanzas verdes de la UE
Preside, desde el pasado febrero, la Plataforma de Finanzas sostenibles que asesora a la Comisión Europea en el desarrollo de sus políticas verdes
Le apasiona el trekking; hace años se embarcaba en excursiones de varios días con su mochila a cuestas. “Ahora, mi espalda solo aguanta la carga de un día”, lamenta. Pero sus hombros sí llevan sin problema, desde el pasado febrero, la presidencia de la Plataforma europea de Finanzas Sostenibles. Está previsto que su mandato dure dos años.
Nunca olvidará el día que asistió –en marzo de 2018, en la sede de la Comisión Europea en Bruselas– al lanzamiento del Plan de Acción europeo sobre Finanzas sostenibles, la madre de todos los planes en lo que respecta a las finanzas verdes. Una hoja de ruta con el objetivo de redirigir los flujos de capital hacia las inversiones sostenibles.
La Plataforma que Viñes preside es un órgano creado por la Comisión Europea para asesorarla en sus políticas de finanzas verdes. Esto incluye, por ejemplo, el desarrollo del Reglamento de Taxonomía (el famoso listado de actividades económicas consideradas verdes). Antes de ser nombrada presidenta de esta Plataforma, Viñes fue miembro del grupo técnico de expertos (TEG, por sus siglas en inglés) que diseñaron, precisamente, esa Taxonomía.
También es consejera de la CNMV (Comisión Nacional del
Mercado de Valores) desde febrero de 2021, y miembro del secretariado de expertos de alto nivel de Naciones Unidas para los Compromisos Net Zero desde abril de 2022.
‘Diamante de sangre’
Tras licenciarse en Económicas por la Universidad de Barcelona en 1995, cursó un máster en la London School of Economics. Fue entonces cuando se dio cuenta de que su trayectoria profesional iría ligada a las finanzas sostenibles. “Mi tesina de máster la hice sobre el impacto del petróleo en el desarrollo de Guinea Ecuatorial”. Su trabajo se centró “en la influencia negativa de la riqueza en recursos naturales, la corrupción y falta de transparencia en el pago de regalías (...) y el uso de los recursos”, explica.
Terminado el máster, trabajó en Londres en Global Witness, una ONG cuya actividad se centraba en el uso indebido de los recursos naturales (bosques, petróleo, diamantes). A título anecdótico, la película Diamante de sangre, con Leonardo DiCaprio, se inspira precisamente en una campaña de esta ONG.
En esta organización, Viñes continuó su trabajo sobre la falta de transparencia y la galopante corrupción ligadas a la explotación del petróleo en Guinea Ecuatorial. En aquella época, trabajaba a tiempo parcial en la City elaborando análisis sobre las prácticas sociales y ambientales de las empresas.
Los inversores institucionales y el sector financiero son agentes clave en la transición verde, señala. “Si queremos construir un modelo económico basado en la neutralidad de carbono, más sostenible desde un punto de vista medioambiental y más inclusivo, el secreto está en el sector financiero y en su potencial como vector de cambio; pero para ello, es necesaria su transformación”, advierte.
Oxfam y BNP Paribas AM
Entre 2005 y 2011 trabajó en Oxfam Gran Bretaña, y más tarde –durante 10 años, hasta mayo de 2021– en BNP Paribas AM, primero como responsable de Análisis de Sostenibilidad, y después como Jefa adjunta de Sostenibilidad Global. “En BNP Paribas me concentré en el análisis ESG, la creación de fondos sostenibles”, así como el activismo y el uso del voto en las juntas.
Su gran afición es viajar por placer (“añoro muchísimo mi época de mochilera”, confiesa). Desde la pandemia, se desplaza muchísimo menos por trabajo, aunque a Bruselas y París todavía va a menudo. Le gustan la lectura y el teatro (“me enamoré del teatro en Buenos Aires e hice teatro amateur en Londres y París”). Corre para eliminar tensiones y hace natación “por placer”.
Al frente de la Plataforma de Finanzas sostenibles, la misión de Helena Viñes será la de facilitar la implementación de la taxonomía (ampliando el número de actividades cubiertas por ella), y del resto del marco normativo europeo de finanzas sostenibles. “¿Que cuál es el reto? Hacerlo en dos años”.