El Economista

SUMAR ¿PARADOS?

- José María Triper Periodista económico

Se hizo esperar. Tanto que muchos fuimos los que dudamos de la viabilidad del proyecto y de las intencione­s de su promotora. Pero al final Yolanda Díaz solemnizó la puesta de largo de Sumar. Y lo hizo sumando. Nada menos que 17 partidos a la izquierda del PSOE. Todos menos sus amigos de Podemos a los que ha dejado en la estacada. Al menos aparenteme­nte, porque si alguien en este país es mal enemigo ese es Pablo Iglesias, y las guarda.

Ahora, que en eso de dejar en la estacada Yolanda es una especialis­ta destacada. Como recordábam­os recienteme­nte en estas páginas, empezó vinculada a Izquierda Unida en Galicia y a raíz de la caída de esta formación fue promotora de Alternativ­a Galega de Esquerdas (AGE), para integrarse después en la amalgama de En Marea donde acabó traicionan­do al teórico líder de la coalición, Xosé Manuel Beirás, en palabras del propio dirigente gallego. Y de allí a liderar Galicia en Común para entrar en la política nacional de la mano de Pablo Iglesias y Podemos, a los que ahora vende también para abrazarse a Pedro Sánchez, al que ahora no sabemos si seguirá abrazándos­e en función del resultado electoral.

Pero si ya tenemos plataforma electoral y lideresa lo que no tenemos es programa y propuestas de Gobierno. Y tanto mejor para ella porque si nos atenemos a su gestión como vicepresid­enta del sanchismo y a los datos del mercado laboral de febrero, cuando se cumple un año del segundo mes de aplicación de esa su pseudo reforma, ya contamos también aquí que en febrero de 2023 se han realizado un total de 1.084.802 contratos, lo que supone un 25% menos que en el mismo mes de 2022, consecuenc­ia del deterioro de la actividad.

Pero, además, como refleja el último informe del Gabinete de Estudios de USO, los

Tener un contrato indefinido no implica tener un salario que permita llegar a fin de mes

contratos de duración inferior a una semana suponen en febrero un 35,8% de los contratos temporales que se realizaron, es decir, que uno de cada tres contratos temporales, dura menos de siete días. Y esta duración no ha dejado de aumentar, hay más contratos, porcentual­mente, de corta duración que antes de la reforma: nueve puntos más que en 2022, y más de once con respecto a 2021.

Asimismo, la duración media de los días contratado­s se queda en 51,99, son cuatro días menos que la que teníamos en 2021 y seis menos con respecto a 2022. Una contrataci­ón de muy corta duración que muestra cómo en un año de aplicación de la reforma de Yolanda Díaz la duración media de los contratos no crece. Se trabajan menos días de media lo que implica menos estabilida­d y más rotación en el empleo. Hay menos contrataci­ón temporal, pero la que se realiza es de menor duración.

Como concluye el citado informe de USO “se está troceando el empleo y creando una situación donde tener un contrato indefinido no implica tener un salario que permita llegar a fin de mes” porque una jornada reducida implica un salario reducido. O lo que es lo mismo, se está generando un colectivo de trabajador­es en riesgo o en situación de pobreza teniendo un contrato indefinido. Todo ello sin contar que, con las cifras reales no las del Sepe, tenemos más de 4 millones de parados y que los llamados fijos discontinu­os que están en período de inactivida­d es la partida que más crece en términos interanual­es con 161.240 personas más.

De hecho, no solo seguimos siendo líderes del desempleo de la UE y del paro juvenil, sino que, en Eurostat, la oficina de estadístic­as de la UE, han reparado en que las cifras oficiales el Ministerio de Trabajo tienen tanta o más cocina que las encuestas de Tezanos, y ocultan nada menos que 173.000 parados, elevando el número total de desemplead­os en España a 3,01 millones con los datos ajustados de noviembre, frente a los 2,83 millones que cuentan desde el Departamen­to de Yolanda Díaz. Sin comentario­s.

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