Los convenios ya utilizan los fijos discontinuos como Ertes
El acuerdo de la industria del calzado revela una grieta legal que abarata los ajustes temporales para evitar despidos colectivos
El nuevo convenio de la industria del calzado puede suponer un inesperado giro de tuerca en la aplicación de la reforma laboral. El acuerdo firmado por las patronales del sector y los sindicatos CCOO y UGT plantea “priorizar la eventual transformación” de los contratos indefinidos ordinarios en fijos discontinuos como alternativa a los despidos colectivos. Aprovecha el resquicio legal que permite hacer una suerte de Erte encubierto, que además se preferiría a los convencionales, que su coste es prácticamente de cero para las empresas.
La clave es que los fijos discontinuos que pasan a la inactividad son dados de baja a la Seguridad Social y solo reciben la prestación por desempleo (si tienen derecho a ella), sin que la empresa tenga que ofrecer compensaciones. En el caso de las regulaciones temporales de empleo, además del acuerdo alcanzado entre empresas y trabajadores para abonar parte del salario, los empleadores sí cotizan por los empleados, que no llegan a ser dados de baja de afiliación.
Pero esta última fórmula se ha vuelto cada vez más costosa, ya que el Gobierno ha ido eliminando las bonificaciones y complicado los trámites para acogerse a ella tras la barra libre de Ertes en 2020.
Un precedente tentador
En un contexto de incertidumbre económica, esto lleva a que las empresas que se planteen ajustes no los consideren como una opción preferente a los despidos. Sindicatos y patronales dicen no contemplar esta idea en otros sectores, por ahora, aunque es previsible que se extienda a los convenios de empresa. Que Trabajo haya publicado el convenio del calzado sin impugnarlo, lo convierte en un precedente demasiado tentador.