El Economista

LOS BANCOS TAMBIÉN SE PUEDEN QUEDAR SIN ACUÍFEROS

- Víctor Alvargonzá­lez Socio de Nextep Finance

Ahora que la sequía nos recuerda la importanci­a de los acuíferos, conviene recordar que los bancos también tienen los suyos. Y que pueden secarse.

Los acuíferos de los bancos son los depósitos y las cuentas corrientes. El agua de esos acuíferos es el dinero que traen sus clientes, que el banco utiliza para dar créditos, obteniendo como beneficio la diferencia entre lo que paga por esos depósitos (a efectos de simplifica­ción hablaremos solo de depósitos) y lo que cobra por dar créditos.

Los acuíferos de los bancos se pueden vaciar de forma violenta –por miedo a que el banco quiebre– o de forma gradual (como consecuenc­ia de que el dinero de sus clientes reciba ofertas tentadoras). O una combinació­n de ambas.

En EEUU, los acuíferos de los bancos están empezando a bajar peligrosam­ente de nivel. En algunos rápidament­e (Silicon Valley Bank, Signature o First Republic), en otros peligrosam­ente –la mayoría de los bancos pequeños y medianos, que han perdido más de 1 billón de dólares en depósitos– o una pérdida leve pero continua, que es lo que está ocurriendo en las grandes entidades.

Pero, como hemos dicho, el dinero se puede ir por miedo pero también por la competenci­a externa. Y encima ahora el miedo tiene un competidor externo imbatible: el tesoro norteameri­cano.

Es lo que en EEUU llaman un no brainer: si el estado te paga un 5% anual en letras del tesoro con vencimient­o a tres meses ¿que haces en un pequeño banco regional que te paga el 1% y encima vives asustado?.

El problema puede llegar a ser mucho mayor de lo que piensan los economista­s de la Reserva Federal. Si los bancos pequeños y medianos se quedan sin depósitos, no solo podría haber más quiebras, sino que, además, se secaría otro acuífero muy importante: el del crédito.

Si en la Reserva Federal piensan que con el crédito que ofrecen los grandes bancos es suficiente para el sistema, es que han perdido el norte. Y si creen que esa ventana de liquidez de emergencia que han abierto van a compensar

El dinero de los bancos se puede ir por el miedo a la quiebra o bien por la competenci­a

todo lo que los bancos pequeños y medianos obtenían de sus acuíferos, entonces están totalmente fuera de la realidad.

La inflación todavía es un problema, claro, pero nada comparado con lo que sería una quiebra en cascada de pequeños y medianos bancos norteameri­canos. Y sería especialme­nte triste que se llegara a esa situación, justo cuando la inflación ya está bajando –ha pasado del 9% al 5%– y tiene perspectiv­as de seguir bajando.

Porque no nos engañemos, el problema se llama subida de tipos. Se podrá discutir hasta qué punto es la causante de los problemas de las empresas, pero es evidente que, con ayuda de la Reserva Federal, el Estado se ha convertido en un competidor directo e imbatible para los bancos. Y si los bancos tuvieran que pagar un 4% por los depósitos también caerían muchos, esa no es la solución.

Si la Reserva Federal sigue haciendo la competenci­a a los bancos, es solo cuestión de tiempo que los pequeños y medianos caigan como un castillo de naipes y contagien a los grandes. Entonces la inflación será el menor problema que tendrán la economía norteameri­cana y la economía mundial.

¿Y en Europa? Es cierto que aquí los bancos tienen un control férreo sobre sus clientes. Y que el nivel de informació­n financiera es mucho menor. Y que la presencia de asesores financiero­s independie­ntes que velan por los intereses de sus clientes y no por los de los del banco es mínima, mientras que en EEUU el 50% de los asesores están certificad­os como independie­ntes (no tienen producto propio que colocar, eligen lo mejor del mercado y no cobran comisión de los productos que recomienda­n). Pero todo tiene un límite.

En todas las institucio­nes y empresas hay iluminados –en el peor sentido de la palabra–, y no sabemos cuántos hay en el BCE. Pero haberlos, haylos. Así que atentos al termómetro de los depósitos, al termómetro de los tipos de interés y al de las declaracio­nes de los banqueros centrales. Esperemos que la racionalid­ad se imponga a los talibanes.

Si los bancos centrales siguen haciendo como que no pasa nada, lo mejor que podrá hacer es contratar un buen asesoramie­nto financiero y localizar los mejores fondos monetarios o de renta fija de alta calidad crediticia a los que llevar su dinero (afortunada­mente los fondos están fuera del balance de los bancos, especialme­nte si son de terceros).

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