Yolanda Díaz ultima su ofensiva para reducir la jornada de trabajo en España
Trabajo marca distancia con los programas piloto de rebajas a cuatro días
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ultima el que está llamado a convertirse en el último gran proyecto de legislatura: la reducción y flexibilización de la jornada laboral. Una propuesta que, a diferencia de los programas piloto para tantear la implantación de la semana laboral de cuatro días, tendrá rango de ley y afectará a todos los trabajadores y empresas.
El argumento base defendido por la ministra y su número dos, Joaquín Pérez Rey, se alinea con las tesis de los sindicatos: España “lleva un siglo” con la jornada de 40 horas. Aluden desde Trabajo a un decreto de 1919 que implantó el tope diario de ocho horas, algo en lo que nuestro país fue pionero, aunque la misma norma no las repartía en 40, sino en 48 horas semanales. Es decir, seis días de trabajo.
Precisiones históricas aparte, Díaz mantiene también una cierta ambigüedad acerca de si su propuesta se refiere a la jornada diaria, semanal o ambas. En todas sus intervenciones elude precisar un número de horas objetivo. Mantiene así distancias con propuestas más cerradas para la implantación de la jornada de cuatro días (o 32 horas semanales).
Aunque el ala socialista del Gobierno sí las ha avalado a través de un controvertido programa piloto impulsado por el Ministerio de Industria (no el de Trabajo), que destina casi 10 millones de euros a estudiar su viabilidad en empresas que se sumen voluntariamente.
Como hizo en el caso del Salario Mínimo Interprofesional, antes de mostrar sus cartas, en las próximas semanas Díaz recibirá un informe de “expertos” que llevan casi un año trabajando para diseñar una “perspectiva
amplia y multidisciplinar”.
A partir de ahí, se preparará la redacción de lo que Díaz ha denominado una “Ley de Usos de Tiempo de Trabajo”, que es difícil que se complete antes de que acabe la Legislatura, si bien marcará el debate de la política laboral en su recta final.
Díaz lo dejó claro en su intervención antes de la manifestación del 1 de Mayo, cuando remarcó el objetivo de “recortar la jornada laboral sin reducir los salarios y sin carácter rígido”. “Ha llegado el momento de hablar del tiempo del trabajo, del tiempo de los cuidados, del tiempo de organizar la sociedad”, remarcó.
Días después, el secretario de Estado de Empleo matizaba que no se trata solo de actuar en “términos cuantitativos”, sino “cualitativos”, en términos de flexibilización de la jornada.