La Euro 7 elevaría el coste de fabricación de los coches en más de 2.000 euros
Supone incrementos entre 4 y 10 veces más que las estimaciones de la Comisión
La automoción europea parece tener un futuro complicado. Centrada en las inversiones en electrificación y digitalización, las automovilísticas también batallan ante la llegada de coches chinos al tiempo que la legislación europea prepara la llegada de una nueva normativa de reducción de emisiones. Así, esta nueva normativa de emisiones Euro 7 elevará el coste de fabricación entre cuatro y 10 veces en comparación con las estimaciones realizadas por la Comisión Europea. Una medida que iría aparejada de alzas en los precios de venta, tal y como ha sucedido con la inflación, según un estudio de Frontier Economics realizado para la patronal de fabricantes europeos (Acea).
Así, según el informe, los costes por vehículo aumentarían en unos 2.000 euros para coches y furgonetas con motor de combustión interna, y en cerca de 12.000 euros para camiones y autobuses diésel. La Comisión estima que la entrada en vigor de la Euro 7 supondría un alza de los costes de fabricación de entre 180 y 450 euros en el caso de los turismos y las furgonetas, y de 2.800 euros, en el caso de los camiones y autobuses. Todo ello en un contexto en el que los vehículos incrementaron su precio un 6,4% en el primer trimestre del año. Una situación que ha permitido a los grupos automovilísticos doblar sus ganancias en los tres primeros meses del ejercicio.
La Euro 7, cuya entrada está prevista para julio de 2025 en el caso de los turismos y las furgonetas, y dos años después para camiones y autobuses, supone una amenaza para un sector que sabe que el 31 de diciembre de 2034 realizará las últimas ventas en territorio comunitario de modelos de combustión interna.
Y el papel de España pasa a ser trascendental, ya que en las factorías españolas se producen, principalmente, modelos pequeños y de combustión interna. Una medida que afectaría en gran medida el tejido productivo de las plantas. Y es que las automovilísticas ya han advertido de las graves consecuencias que acarrearía la entrada en vigor de esta directiva.
Lo cierto es que los principales grupos automovilísticos se han pronunciado, en mayor o menor medida, en contra de Euro 7. Entre sus principales alegaciones destaca que la reducción de emisiones con esta normativa tan solo sería de cuatro puntos porcentuales en comparación con la actual. Una cifra que no mejoraría sustancialmente las emisiones ni la calidad del aire, pero que sí elevaría los costes. De hecho, la automoción europea cifra entre 20.000 y 35.000 millones de euros el coste de adaptarse a la normativa Euro 7.
España, de los más afectados
Asimismo, España sería uno de los países más afectados por esta medida. La razón principal es que nuestro país se encarga de la fabricación de modelos pequeños. Así, uno de los principales componentes afectados es el catalizador. Este elemento, formado por metales preciosos, es el responsable de llevar a cabo una reducción de los gases. Ahora bien, hay distinciones entre los turismos grandes y pequeños. En el primer caso, estos modelos cuentan con unos dispositivos más completos que permiten reducir los gases.
El 57,3% de los vehículos fabricados el año pasado era de gasolina y el 26,5%, diésel
No ocurre lo mismo con los turismos pequeños. En España, el 57,3% de los vehículos producidos el año pasado (1.270.951 unidades) eran de gasolina, la misma cifra que durante el año anterior. De su parte, 588.912 vehículos estaban propulsados por diésel, lo que supone el 26,5% del total, y cuatro puntos porcentuales menos frente al año anterior.