La banca retoma las emisiones de deuda subordinada: CaixaBank se une al Santander
Capta 1.000 millones de euros con bonos ‘Tier 2’ tras recibir 2.400 millones de demanda
CaixaBank sigue los pasos de Banco Santander y se atreve a salir a mercado para financiarse con deuda subordinada (considerada Tier 2 en este caso) tras la crisis de confianza generada en el sector a raíz de la caída de varios bancos estadounidenses y el salvavidas de UBS a Credit Suisse que acabó perjudicando a los tenedores de Cocos de la entidad. CaixaBank ha cerrado una colocación de deuda T2, que al igual que los AT1 sirve de colchón para absorber pérdidas, después de que el Santander reabriese este mercado para la banca la semana pasada. Hasta entonces, en los últimos meses, las entidades financieras habían preferido optar por deuda considerada más segura, como bonos sénior preferentes y no preferentes.
El banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri ha captado 1.000 millones de euros por los que pagará un cupón del 6,125%, 300 puntos básicos sobre el tipo de referencia frente a los 330 con los que inició la emisión. La demanda superó los 2.400 millones, con peticiones de más de 150 inversores institucionales (el 99% internacionales).
La emisión, colocada por BNP Paribas, CaixaBank, Citi, Morgan Stanley y Natixis, tiene un vencimiento de 11 años y dispone de opción de amortización anticipada a partir de noviembre de 2028 (5,5 años), por parte del emisor. No es la primera vez que CaixaBank recurre a este tipo de deuda este año. Es el segundo bono Tier 2 en lo que llevamos de 2023, tras la emisión en libras esterlinas del pasado mes de enero, y la quinta emisión de deuda del banco este año.
Desde la entidad explican que con esta operación, el banco optimiza y refuerza sus colchones y ratio de capital total “en 46 puntos básicos (pbs) hasta el 18,28%, reforzando el colchón sobre su requerimiento mínimo hasta los 558 puntos básicos”.
Esto ocurre porque la deuda T2
permite fortalecer el capital de los bancos, elevando el colchón para absorber posibles pérdidas al computar como recursos propios de nivel 2. En el orden de impago, esta deuda está justo por encima de los AT1,
que se consideran como recursos propios de nivel 1, ya que estos pueden ser amortizados o convertidos antes que los bonos subordinados.