El Economista

Llega el final de los vuelos baratos: el modelo ‘low cost’ se agota

Las tarifas de Ryanair se han encarecido un 50% en 2023 y la previsión es que suba la demanda a medida que también lo harán los costes operativos de la aerolínea

- Carlota G. Velloso

La transforma­ción del espacio aéreo, que se inició con la pandemia, se está resolviend­o con una consecuenc­ia directa para los viajeros: billetes más caros. Desde entonces, el modelo low cost parece cada vez menos viable. Hay escasez de aviones ahora que la demanda se ha recuperado con fuerza y en un momento en que los costes de las aerolíneas se han disparado. Una realidad que deja en vías de extinción los desplazami­entos por menos de 10 euros.

La aerolínea de vuelos baratos por excelencia, Ryanair, ha vuelto a poner sobre la mesa este cambio de paradigma. Al menos durante los próximos años, la posibilida­d de volar a precios insignific­antes es simplement­e inviable. Tras presentar este lunes sus resultados del ejercicio completo, el director financiero de la firma, Neil Soharan, insistió en que “los días de los vuelos a 9,99 euros han quedado atrás” en una entrevista en la televisión de Bloomberg. El directivo cree que estos importes no se podrán contemplar durante algún tiempo.

Una de las razones principale­s es que faltan aviones. Todos los modelos de Ryanair son Boeing y el fabricante está teniendo retrasos en la línea de producción del modelo 737. Por eso, la aerolínea espera tener una escasez de hasta una decena de aviones en temporada punta, es decir, entre junio y julio.

Aunque van a adelantar las entregas de otras naves que le han encargado, la escasez de vehículos puede perjudicar la rentabilid­ad de la compañía y también su crecimient­o, detallan también en la hoja de resultados.

“Este año esperamos incrementa­r el tráfico hasta los 185 millones, un 10% más, pese a los recientes retrasos de Boeing, lo que posiblemen­te pospondrá parte de este crecimient­o al segundo trimestre del ejercicio fiscal presente y puede rebajar algo nuestro objetivo”, advirtió Ryanair.

Esta no será la única damnificad­a, ya que

Boeing tiene entre sus clientes a cientos de compañías aéreas de todo el mundo.

Esta brecha en las entregas de aviones se produce cuando la demanda es elevada y ante la llegada de las vacaciones de verano. De hecho, las tarifas se han incrementa­do un 50% en el ejercicio terminado, hasta los 41 euros de media, y son un 10% superiores en comparació­n con los precios previos a la pandemia.

Además, los gastos discrecion­ales de los pasajeros también han crecido: las compras dentro de los trayectos, la elección de asiento o el servicio de embarque prioritari­o. “Como resultado de todo lo anterior, nuestros ingresos se han incrementa­do un 124% hasta los 10.780 millones de euros”, detalla Ryanair.

“Reservad con antelación”

Pero la capacidad para realizar trayectos cortos en Europa es menor que antes de la pandemia y la demanda es “significat­ivamente robusta”. Ryanair aconseja a los viajeros que se anticipen y que compren ya sus billetes, debido a que los trayectos se agotan y a que, cuanto más tarde se compren, más caros son. Además, los costes (operativos) han subido en las partidas de personal y de combustibl­e, entre otras. En este último caso, aunque la firma había contratado una cobertura frente al alza de los precios, no ha evitado que el desembolso sea significat­ivamente mayor que el año pasado. Un problema que, de nuevo, no solo afecta a esta empresa, sino al sector en general.

Asimismo, Ryanair ha realizado un pedido de 300 aviones nuevos, menos contaminan­tes. Aunque estas naves tienen más capacidad de asientos, lo que ayuda a reducir los precios, sin embargo, el combustibl­e sostenible que usan puede ser hasta cinco veces más caro. La transición energética tiene un coste extra para la industria.

Mientras, los gastos de personal han sido un 73% superiores. La aerolínea explica que esto se debe a que han tenido que aumentar la plantilla tras recortarla durante la pandemia, han crecido las flotas, y a que los gastos de apoyo al empleo que han tenido que hacer desde el coronaviru­s también han pesado en sus costes. Las tasas aeroportua­rias también se han encarecido, un 53%, así como la asistencia en tierra.

Este panorama hace muy difícil

Ryanair ha hecho frente a mayores costes operativos, como el personal y el combustibl­e

que las empresas low cost puedan mantener los precios ultrabajos.

Al menos, parece inviable durante los próximos años, ya que siguen faltando aviones, el combustibl­e se encarece (o por la guerra en Ucrania o por su certificad­o energético) y los costes de personal y, en general, los operativos, también aumentan. Algo que no está frenando una demanda creciente.

Este panorama hace muy difícil que las empresas low cost puedan mantener los precios ultrabajos. Al menos, parece inviable durante los próximos años, ya que siguen faltando aviones, el combustibl­e se encarece (o por la guerra en Ucrania o por su certificad­o energético) y los costes de personal y, en general, los operativos, también aumentan. Algo que no está frenando una demanda creciente.

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