El IPC subyacente no bajará del 3% hasta después de 2024, según la OCDE
Mejora la previsión del PIB español hasta el 2,1% en 2023 y el 1,9% en 2024
La OCDE aplaza la relajación de la presión de los precios al menos hasta después de 2024. Así lo indican sus proyecciones para la inflación que más preocupa actualmente a los expertos, la tasa subyacente –un indicador que excluye la volatilidad de los precios energéticos o los alimentos elaborados–. Aunque avanza una progresiva relajación de los precios durante el presente y el próximo ejercicio, aún espera una tasa subyacente en el 3,7% de media en 2024 que mantiene la vigilancia sobre los efectos de segunda ronda.
“La inflación general disminuirá a un 3,9% en 2024, ante la caída de los precios de la energía y a una política monetaria más restrictiva”, explica el organismo. La tendencia española acompaña a lo esperado a nivel global: el IPC ya habría tocado techo a finales del pasado ejercicio, mientras la inflación subyacente estaría a punto de tocar máximos en la eurozona. En el conjunto del euro, el club de las economías desarrolladas espera que la tasa subyacente se relaje hasta el 3% interanual en otoño de 2024.
La OCDE ve más suave esta reducción. “La caída prevista de la inflación subyacente es menos pronunciada, lo que refleja la rigidez de muchos precios y el lento ajuste de los márgenes y las presiones sobre los costes”, explicaron.
Para España destacan que “una menor inflación y un mercado laboral resistente respaldarán el consumo de los hogares. Una demanda externa más fuerte sustentará el crecimiento de las exportaciones. Las perspectivas de una mejor demanda fomentarán la inversión privada empresarial, a pesar del aumento en el coste de financiación”, asegura el informe de la OCDE.
Pese a que los tipos de interés han subido con intensidad en la zona euro -375 puntos básicos-, las empresas españolas siguen invirtiendo en capital y contratando. Se espera que el PIB acelere en el segundo trimestre del año, precisamente, gracias a este componente.
Las últimas previsiones publicadas por Bruselas o por el FMI ya colocaban a la economía de España a la cabeza, pero ahora la OCDE lo ha confirmado y lo ha hecho con una revisión al alza más optimista si cabe.
Tras sufrir la peor recesión entre los países avanzados durante el Covid, España se convierte ahora en la gran economía que más crecerá en la eurozona y prácticamente entre todos los grandes países avanzados. Este organismo, con sede en París, ha elevado el crecimiento de España para este año por encima del 2%, mientras que en 2024 se quedará levemente por debajo de esa cifra. Además, los economistas de esta institución destacan que “el crecimiento ha demostrado su resiliencia”.
La OCDE ha revisado el crecimiento de España al alza en cuatro décimas respecto a su última previsión hasta el 2,1% y dos décimas la de 2024 hasta el 1,9%. Pese a esta notable mejora, el crecimiento será inferior a los datos extraordinarios de 2022 y 2021, cuando la economía nacional se expandió un 5,5% gracias al efecto rebote que provocó la recesión del Covid. Ahora que el PIB ya ha recuperado los niveles previos a la pandemia, el crecimiento de España vuelve poco a poco a una tendencia más regular y acorde a la dirección que mostraba años anteriores.
Con todo, España liderará el crecimiento entre las grandes economías de la OCDE, sobrepasando en tasa interanual, tanto en 2023 como en 2024, a economías como EEUU, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Canadá o Países Bajos. Además, la tasa de crecimiento de España será más del doble que la de la eurozona en 2023 y cuatro décimas superior respecto a 2024. Las debilidades que quedaron al aire durante la crisis del Covid en 2020 (hostelería, turismo...) se han convertido en las fortalezas que van a permitir a España crecer más que la media. La OCDE no comenta ni realiza ninguna valoración respecto a las elecciones anticipadas que se celebrarán el próximo 23 de julio y que podrían traer un cambio de Gobierno y de políticas económicas.
Con todo lo anterior y frente a las previsiones dominantes en los últimos meses, “el crecimiento ha demostrado ser resiliente. Ante un entorno desafiante en el contexto de la guerra de Rusia contra Ucrania, la economía española se ha mantenido sorprendentemente sólida”, destaca la OCDE.
El enquistamiento de costes provocará una bajada de la tasa subyacente más suave de lo previsto