TODOS LOS NOMBRES DEL PRESIDENTE
Más allá del resultado del debate que la experiencia muestra cambia muy poco en cantidad de voto, se estima en poco más del 1% el cambio de sufragio en el electorado, el morbo de cualquier campaña electoral se centra en dos quinielas fundamentales, el resultado que vaticinan las encuestas y la composición de los equipos de gobierno de los dos candidatos con posibilidades de victoria. Equipos en los que, en un país como el nuestro afectado por graves problemas de desempleo, inflación, déficit, deuda pública desorbitada, subida de tipos de interés, pérdida de poder adquisitivo y empobrecimiento general, cobra especial importancia la selección de los responsables de la economía.
En el caso de Pedro Sánchez, la única expectación que existe es saber si mantendrá, por una vez y sin que sirva de precedente, su palabra. Y si es tal y como ha anunciado no hay duda: continuismo. Como dijo el propio presidente, ellos tienen a Calviño, y con Calviño al trío Yolanda, Montero, Ribera que, ya sabemos lo que han hecho, con quien lo han hecho y los resultados que han tenido.
Todo lo contrario de lo que ocurre en el lado del Partido Popular donde el candidato, Núñez Feijóo, se ha limitado a dar pistas, indicios y señales, pero reservándose los nombres o currículum de los ministrables. Y es en base a estos indicios y, tras consultas con personas relevantes del partido, que podemos intentar una aproximación a quienes están en la mente del líder del PP y sobre quienes puede recaer la ardua tarea de enderezar el rumbo de una nave económica, ahora a la deriva.
“Prometo no nombrar ministro que no haya trabajado antes”, afirmó Núñez Feijóo en el multitudinario mitin de la, para él, mítica plaza de toros de Pontevedra. Y en el caso del titular de Economía ya había apuntado antes que sería un ministro que no ha estado en política, bien visto por sindicatos y empresarios y con el que se podría dormir tranquilo. Pues bien, atendiendo a este perfil en la sede popular de Génova se apuntan tres nombres, casi por unanimidad, como los candidatos que están en la cabeza de Feijóo: Pablo Hernández de Cos, actual gobernador del Banco de España; su antecesor en el cargo, Jaime Caruana, y Pablo Isla, ex presidente ejecutivo del Grupo Inditex.
De ellos, Pablo Hernández de Cos tiene el hándicap de que todavía tiene más de un año de mandato en el Banco de España, aunque él tiene la última palabra. A Jaime Caruana le avala su trayectoria en el supervisor español y en el Banco Europeo de Inversiones (BEI), además de que es una persona de enorme prestigio en la UE y cuenta con la recomendación de Manuel Pizarro, del que es amigo personal. Y, finalmente, Pablo Isla, que ha aparecido en varias ocasiones en la lista de Barron de los mejores CEO del mundo, es amigo personal de Feijóo y tiene en su haber su gestión como director general de Patrimonio del Estado.
Menos candidatos hay para la cartera de Hacienda, donde todos apuestan por Marta Fernández Currás, que inspectora de Hacienda e interventora y auditora del Estado, que fuera secretaria de Estado de Presupuestos
y Gastos, en los gobiernos de Mariano Rajoy, además de consejera de Hacienda de la Xunta de Galicia con el propio Feijóo.
Finalmente, para la vicepresidencia del Gobierno, el propio líder popular ya adelantó que sería una mujer, no gallega y conectada con las instituciones europeas. Y aquí suenan también con fuerza tres nombres: Fátima Báñez, Isabel García Tejerina, y la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa.
Las dos primeras fueron ya ministras con Rajoy, de Empleo y Agricultura respectivamente. Ambas con brillantes resultados y reconocimiento general a su gestión, mientras que Dancausa es una de las cinco únicas consejeras del Ibex 35 y elegida por la revista Forbes como la mejor CEO de España en 2013.
Estos son, o al menos dicen, los nombres del presidente, si es que finalmente sale elegido. Personas de prestigio, brillantes y con experiencia demostrada en la gestión, además de qué, como pide Feijóo, han trabajado antes. Ahora solo falta ganar las elecciones, que no las encuestas, y deberían tener en cuenta en el PP que Sánchez no está muerto, que es capaz de todo cuando se mueve a la desesperada y que aún queda partido por jugar.
En el caso de Sánchez, la única expectación es ver si mantendrá su palabra