Spotify y Booking amenazan con subir sus precios ante la nueva fiscalidad europea
Quince tecnológicas arremeten contra los Impuestos sobre Servicios Digitales
Un total de 15 grandes empresas tecnológicas, de diferentes sectores de actividad, han dirigido una carta a cada ministro de finanzas de la Unión Europea para “animarles” a encontrar una solución global capaz de poner fin a los Impuestos sobre Determinados Servicios Digitales (IDSD). Spotify, Booking, Glovo, Just Eat, adevinta, AirHelp, Allegro, Catawiki, Criteo, Delivery Hero, Schibsted, Trustpilot, Vinted, Wolt y Zalando suscriben un documento por el que califican el IDSD como unas medidas fiscales “unilaterales discriminatorias”, que suponen un “perjuicio sustancial” para “crecer, invertir, innovar y crear empleo”.
Las mismas fuentes recuerdan que los ingresos desempeñan un papel fundamental en el crecimiento y la escalabilidad de la mayoría de las empresas. Ante esa realidad, el IDSD “afecta más a las empresas en las primeras fases de crecimiento -sobre todo a las que aún no son rentables- y a las que tienen márgenes bajos”. De hecho, tal y como está diseñado, “el IDSD privaría a estas mismas empresas de una fuente vital de capital, esencial para reinvertir en su crecimiento, y, en consecuencia, debilitaría su competitividad tanto dentro de Europa como a escala global”.
Desde el punto de vista jurídico, los IDSD plantean importantes retos, ya que “gravan los ingresos brutos, no los beneficios, y se aplican independientemente de la rentabilidad de la empresa”. Estas características suponen “un impacto desproporcionado en las empresas tecnológicas europeas, lo que da lugar a una desigualdad de condiciones”. El IDSD también da lugar a una doble imposición, e incluso a una imposición a varios niveles. “Esto ocurre cuando los ingresos ya están sujetos al impuesto de sociedades, al impuesto sobre el valor añadido (IVA) y/o a otras medidas fiscales unilaterales en la misma u otras jurisdicciones”.
Según argumentan, “el IDSD no suele ir acompañado de métodos para evitar la doble imposición o para compensar con otros IDSD u otros impuestos pertinentes, lo que da lugar a una fiscalidad multicapa. Además, el hecho de que el ISDS se contabilice como un cargo que afecta a los ingresos de explotación (ebitda) y a los márgenes tiene un impacto mayor y directo para las empresas tecnológicas que dependen del ebitda como indicador clave de rendimiento”.
Todo lo anterior “podría dar lugar a un atolladero de medidas descoordinadas con ámbitos de aplicación diferentes o superpuestos, tipos variables (algunos muy elevados) y requisitos de cumplimiento y sistemas diversos”. Además, la aplicación generalizada del IDSD, crearía obstáculos significativos para que las nuevas empresas y las que tienen márgenes bajos crecieran a escala y atrajeran inversiones de capital para tecnologías emergentes, dificultando la innovación y el crecimiento económico futuros.