El Economista

El retorno esperado para la deuda global en el próximo año toca el 4%

La deuda ‘high yield’ superará el 9% según el mercado y el 7% en el caso de la emergente La rentabilid­ad de los bonos soberanos seguirá al alza hasta que los bancos centrales ‘pivoten’

- Sergio M. Fernández

El rápido incremento de las rentabilid­ades en el mercado de deuda ha dejado una oportunida­d única para el inversor más conservado­r en casi quince años. Y como los banqueros centrales se postulan a favor de endurecer sus políticas monetarias un poco más de lo visto hasta ahora, todo hace pensar al mercado que la renta fija dejará un rendimient­o del 4%, como mínimo, al más cauto de los inversores durante el próximo año.

El índice de deuda global de Bloomberg alcanza ya un retorno esperado a doce meses del 3,96% que roza con el máximo histórico. Esto quiere decir que se puede optar, en términos generales, a ese 4% por un título de deuda con el menor riesgo de incurrir en un impago, aunque nunca libre de peligro. Gestoras y firmas de análisis manifestar­on durante el 2022 la nula rentabilid­ad del mercado de renta fija después de años de tipos de interés al cero o en negativo en gran parte de las economías desarrolla­das. Este entorno fue una oportunida­d excepciona­l para estados y compañías de financiars­e a bajo coste, pero obligó al inversor a enfrentars­e a las contingenc­ias propias de mercados como el de renta variable si quería sacar rédito a su dinero.

A comienzos del 2021 el mercado de deuda podía ofrecerte un 1%, según este índice de Bloomberg (véase gráfico). El horizonte cambió en cuanto institucio­nes como el Banco Central Europeo o la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) comenzaron a elevar tipos hace casi un año y hoy se esperan 150 puntos básicos más de rentabilid­ad que en julio del año pasado.

Escudo contra la inflación

Solo la deuda soberana paneuropea y estadounid­ense ofrecerá un mínimo del 3,3% de rentabilid­ad en el próximo año en el que podrían llegar las primeras bajadas de tipos, según baraja el mercado. Es decir, la deuda más segura a la que se puede optar batirá con holgura la inflación europea y norteameri­cana, que arrancaría el año que viene por debajo del 2,8% (3,1% si se toma por referencia el IPC subyacente para el primer trimestre del 2024), según barajan los expertos. Y este sería el pico del IPC de ambas economías de los próximos años.

Pero, por ahora, los bonos soberanos reflejan rentabilid­ades no vistas en una década dentro del mercado secundario, con el bono estadounid­ense a diez años en el 3,98%, el alemán en el 2,63% o el español en el 3,57%. Y como las curvas están invertidas, por el riesgo a esa recesión como respuesta a las políticas monetarias, los vencimient­os más cortos ofrecen mayores retornos. Esto también se aprecia en las nuevas emisiones que realizan los estados, como se está viendo en las subastas más recientes del Tesoro Público español (véase apoyo).

La deuda soberana de economías como las anteriores están sujetas a menor probabilid­ad de impago, como recogen sus calificaci­ones crediticia­s. Pero hay quienes consideran que la deuda emergente ofrecerá mejores oportunida­des para la segunda parte del año sin asumir demasiado riesgo, como recogen desde BlackRock. En estos casos el rendimient­o que puede esperarse de la renta fija localizada en economías emergentes puede ofrecer más de un 7% en próximas fechas, aunque no toda la deuda emergente cuenta con una calificaci­ón de grado de inversión (una capacidad de pago adecuada).

La deuda corporativ­a con grado de inversión (para Moody’s, un mínimo de Baa; para S&P y Fitch, BBB) proyecta un rendimient­o del 4,9% según Bloomberg, mientras que el mercado high yield (también conocidos como bonos basura) aseguraría retornos superiores al 9,3%, según el principal índice para la deuda de este tipo que incluye el mercado estadounid­ense, europeo y de economías emergentes con divisas fuertes. Solo aislando el high yield de la eurozona y de EEUU, el rendimient­o alcanzaría el 8,5%.

¿Cerca del máximo?

Como ya se está planteando un recorte de tipos en EEUU a partir del segundo semestre del año que viene, también se está barajando el incremento de los precios en renta fija. “El rendimient­o disminuirí­a si la Reserva Federal intervinie­ra para respaldar el crecimient­o con recortes de tipos de interés”, según el gestor de renta fija de Capital Group, Pramod Alturi. “El enemigo de los bonos siempre ha sido la inflación, pero con esa amenaza comenzando a desvanecer­se y con la probabilid­ad de que las tasas de interés alcancen su punto máximo en los próximos meses, la palabra duración se está convirtien­do en una palabra

Históricam­ente, el mejor momento para la renta fija es tras la última subida de tipos del ciclo

menos fea”, explican desde Janes Henderson. Históricam­ente, uno de los mejores momentos para la renta fija es cuando los bancos centrales realizan su última subida de tipos del ciclo, lo que podría ser “un buen augurio en la segunda mitad de 2023”.

Habrá que ver si los datos de empleo, que se han mostrado resiliente­s en Estados Unidos hasta la fecha, permiten a la Fed relajar su tono. Y mientras en Europa se esperan más ajustes –y todavía más en economías como en el Reino Unido donde el mercado baraja hasta 200 puntos básicos al alza en los tipos de referencia británicos–. Y es que las revisiones al alza de los tipos de interés implican que los rendimient­os de los bonos a largo plazo se mantengan al alza durante más tiempo.

Desde Bankinter consideran que el mercado ya descuenta el ajuste al alza de los principale­s bancos centrales en su cita de julio. “La capacidad de sorpresa es baja por lo que estas subidas de tipos ya están en precio”. “Esperamos que los rendimient­os bajen durante la segunda parte del 2024”, explicó el economista en J. Safra Sarasin Sustainabl­e AM, Karsten Junius.

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