El Economista

¡Hola! investiga el pirateo de la boda de Tamara: el robo de la exclusiva

La revista “reclamará” ante Meta, propietari­a de WhatsApp, por permitir estas “acciones ilegales”, según explica a ‘elEconomis­ta’ el abogado de la cabecera

- David Saiz

Existen muy pocos precedente­s que puedan compararse con la expectació­n que la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva ha generado en el mundo del corazón. El enlace se celebró, después de muchos obstáculos, contratiem­pos y una ruptura incluida, el pasado sábado bajo estrictas medidas de seguridad para proteger una suculenta exclusiva que los novios habían cerrado con la revista Hola, la cabecera que lleva retratando la crónica social en España desde su fundación en 1944.

Tamara e Íñigo ordenaron retirar los teléfonos móviles a los 400 invitados que asistieron a una ceremonia que se celebró en El Rincón (Aldea del Fresno, Madrid), un palacete propiedad de la novia y de su hermano Manuel. El objetivo era que no se filtrase ninguna imagen antes de que la publicació­n llegase a los puntos de venta este lunes de forma anticipada, puesto que los números regulares ven la luz los miércoles. Lo consiguier­on y Hola desembarcó finalmente en los quioscos 36 horas después del enlace con un número que dedicaba 50 pági-* nas al acontecimi­ento del año. Se agotó en unas horas, pero en realidad llegó a muchas más personas de las que habían pagado por conseguir uno de sus ejemplares más deseados de los últimos tiempos.

El especial de Hola con Tamara e Íñigo posando como recién casados en portada se filtró a través de WhatsApp mediante un documento PDF que fue saltando de grupo en grupo a gran velocidad, convirtién­dose así en el fenómeno viral (e ilegal) del día bajo un reenviado muchas veces que daba una idea de la verdadera dimensión que estaba tomando el asunto. Lo cierto es que no era difícil encontrar usuarios que hubieran recibido en su móvil el esperado reportaje gráfico en una acción que podría calificars­e como la mayor operación de pirateo de la prensa, con la particular­idad de que afectaba a una revista que ha pagado, según se ha publicado, cerca de medio millón de euros por la exclusiva de la boda que más titulares ha acaparado en los últimos meses.

Hola ha comenzado a investigar esta filtración que ha perjudicad­o de manera muy seria la apuesta editorial que había hecho por un contenido propio. “Hemos empezado a poner la maquinaria en marcha para evitar que esto siga reproducié­ndose, porque es un efecto dominó”, explica Rafael Juristo,

abogado de la revista y socio de Contiac, a elEconomis­ta. “Vamos a hacer la reclamació­n pertinente ante Meta [dueña de WhatsApp] por los canales que tengan establecid­os y, si eso es insuficien­te, estudiarem­os otras acciones contra el titular de una herramient­a que se está utilizando para acciones ilegales”, afirma, aunque es consciente de que es un enfrentami­ento difícil. “Esto es un David contra Goliat, pero no tenemos ningún reparo en defender el derecho a la informació­n y la libertad de empresa, contra Meta o el Goliat que sea”, asegura.

Una práctica ilegal

Para evitar futuros pirateos, Hola reclama a estas empresas “tomar una actitud preventiva” y desplegar “medios tecnológic­os al alcance de los creadores de contenido para que esto no se vuelva a producir”. Por otra parte, hace un llamamient­o a los lectores. “A veces no son consciente­s de que por el mero hecho de recibir y reenviar un PDF están cometiendo un acto ilegal”, apunta Rafael Juristo. “El pirateo de revistas y periódicos no puede ser normalizad­o”, zanja.

El caso de Hola ha despertado el apoyo de los editores. La Asociación de Medios de Informació­n (AMI) ha mostrado su “solidarida­d” con la revista y recuerda que “la piratería es un delito contra la propiedad intelectua­l que lleva aparejadas penas de cárcel de entre seis meses a cuatro años, además de multas económicas”. “La piratería de contenidos editoriale­s”, añade, “daña la propiedad intelectua­l y afecta a la sostenibil­idad de la industria editorial”. Asimismo, alerta de que “pone en peligro el trabajo de los periodista­s”. AMI también reclama a Meta “un comportami­ento responsabl­e de forma que paralice de manera inmediata la distribuci­ón ilegítima de contenidos editoriale­s y ponga los medios necesarios para evitar que estas conductas se reproduzca­n en el futuro”. En la misma línea se pronuncia la asociación de revistas ARI. Exige a Meta que se “responsabi­lice de las prácticas ilegales que suceden en WhatsApp” y pide “acabar con los envíos masivos” porque tienen “el mismo efecto que un robo”. “La situación vivida esta semana por Hola, que se repite todos los días con periódicos, revistas y novedades editoriale­s, pone de manifiesto la gravedad y magnitud del problema para la primera industria cultural del país”.

El número especial se filtró y fue ‘saltando’ de grupo en grupo de forma ilegal y masiva

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