Barrera al empleo y la actividad
El porcentaje de mano de obra disponible marca un mínimo histórico tras perder 1,5 millones de activos en una década
La población activa entre 25 y 54 años ha perdido 1,5 millones en la última década, un 8%, y queda por debajo del 73% del total, el mínimo de la serie histórica que se remonta a 2002. Un dato preocupante porque se trata de un indicador utilizado para estimar la mano de obra disponible para una economía en un momento dado. En concreto, se trata de la suma de ocupados y desempleados que se encuentran en la etapa considerada más consolidada de su carrera profesional, una vez han terminado su educación y antes de que empiecen a planificar su retiro. Este retroceso no es exclusivo de España, ya que el reto demográfico se extiende por las grandes economías del mundo. Pero en nuestro país parece haberse acelerado. Mientras que en economías como Alemania o Países Bajos la incertidumbre económica de los últimos dos años ha llevado a que muchas personas hayan vuelto al mercado laboral, esta tendencia no se ha producido en España. Parece que, más allá del envejecimiento de la población, la precariedad del empleo juvenil y el abuso de figuras como las prejubilaciones (algunas incluso a los 53 años) están provocando que cada vez más personas se desanimen y se excluyan de la fuerza laboral. En este contexto, la apuesta debería consistir en crear un modelo productivo verdaderamente capaz de atraer el talento para competir en un entorno europeo en el que la evolución demográfica hará que la demanda de trabajadores cualificados se dispare. Para eso se necesita una economía capaz de ofrecer oportunidades laborales tanto a los desempleados como a los que ya están trabajando. Un reto que no se superará con una política que penaliza la actividad y agrava aún más la barrera demográfica a la creación de empleo.