LA COMPETENCIA ES LA MEJOR MANERA DE DOMAR A ELON MUSK
Ya tiene visos de convertirse en uno de los lanzamientos de producto más exitosos de los últimos tiempos. Recientemente, Meta, la empresa propietaria de Facebook, WhatsApp e Instagram, lanzó Threads, un competidor de Twitter. No tenía nada de terriblemente original. De hecho, para la mayoría de nosotros, se parece mucho al pájaro azul, pero con un esquema de colores ligeramente diferente. Aun así, era ingeniosa, funcionaba y, dado que
Meta tiene más de mil millones de usuarios en sus aplicaciones actuales, dispondrá de un enorme grupo de usuarios potenciales para ponerla en marcha. Threads fue descargada por más de 30 millones de personas solo en las primeras 24 horas, y si puede mantener ese ritmo en los próximos meses se convertirá en una auténtica alternativa.
A ello ha contribuido el hecho de que Musk se haya pasado los últimos meses retocando el sistema de Twitter para limitar el número de publicaciones que puede ver cada persona, lo que ha vuelto a molestar a su núcleo duro de usuarios, pero aun así, después de todos los cambios del último año, es evidente que había un gran número de usuarios deseosos de probar una alternativa. De hecho, parece que Twitter ya se ha enfadado lo suficiente como para emprender acciones legales contra Threads, a pesar de que es el tipo de movimiento puramente defensivo del que Musk se burlaría si lo intentara cualquier otra persona.
A lo largo de los próximos meses veremos si Threads consigue superar a Twitter o acaba por desvanecerse. Desde luego, el éxito no está garantizado. Como demuestra el estrepitoso fracaso de su casco de realidad virtual, Meta es tan capaz de lanzar un producto fallido como cualquier otra gran empresa. Pero lo importante es esto. La competencia es una forma mucho mejor de domar a Musk que la regulación.
A lo largo del último año hemos oído muchas peticiones para que se impongan normas más estrictas al multimillonario. “El pájaro volará según nuestras reglas”, declaró sin rodeos el comisario de Mercado Interior de la UE, Thierry Breton, poco después de que el sitio cambiara de manos. En el Reino Unido, la comisión de cultura y asuntos digitales de la Cámara de los Comunes convocó a Musk a una audiencia para “explicarse”, aunque curiosamente resultó estar demasiado ocupado para cuadrarlo en su agenda. En Estados Unidos, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, insinuó el año pasado que podría haber una investigación sobre la adquisición, especialmente por el grado de participación extranjera. Mientras tanto, una coalición de grupos de defensa de los derechos civiles en Estados Unidos pidió el boicot de los anunciantes de la web, aunque su caótica reorganización había desanimado a tantos que puede que ya no importara demasiado. No han cesado las peticiones de más supervisión y control sobre lo que Musk hace con su nueva adquisición.
Por un lado, es perfectamente razonable. Twitter, incluso más que la mayoría de sus rivales en las redes sociales, es una importante plataforma de noticias y opiniones. Da forma al debate público y tiene que esperar que se le someta a un cierto grado de escrutinio. Tiene obligaciones, aunque Musk parezca a menudo muy displicente al respecto. Aun así, la competencia es una forma mucho mejor de conseguirlo que más normas y leyes. Si a la gente no le gusta Twitter, puede pasarse a Threads, dirigido por el impecablemente liberal Zuckerberg y su mano derecha, el ex líder liberal demócrata Sir Nick Clegg. Y si tampoco les gusta, hay rivales más pequeños, como Mastodon o Bluesky. Todos podemos elegir un sitio de redes sociales diferente según funcione eficazmente, ofrezca una gama de puntos de vista y ofrezca contenidos que nos interesen.
De hecho, la industria tecnológica funciona mejor cuando sus gigantes compiten agresivamente entre sí. Alphabet, la empresa propietaria de Google, ha estado persiguiendo a Apple en los teléfonos inteligentes, con su sistema operativo Android y ahora sus cada vez más exitosos teléfonos Pixel. Netflix ya no es demasiado poderosa en cine y televisión
Threads fue descargada por más de 30 millones de personas en las primeras 24 horas
El problema de Twitter ha sido no tener suficientes alternativas para el cambio
después de que Disney-Plus se llevara una gran parte de su base de suscriptores, y ahora también tiene a Apple y Amazon compitiendo con ella. El dominio de Google en la publicidad web se ve amenazado por la creciente fuerza de Amazon en los espacios promocionales dentro de su sitio, mientras que su control de la búsqueda bien podría ser desafiado por Microsoft si puede consolidar su liderazgo en los chatbots de Inteligencia Artificial. Los resultados están a la vista de todos. Hay más opciones, precios más bajos y mucha, mucha innovación. Es difícil que un regulador consiga eso.
El problema de Twitter no ha sido la adquisición por parte de Musk. No han sido sus puntos de vista, ni su determinación de deshacerse de la mayor parte del personal, ni siquiera que pueda estar promoviendo silenciosamente algunas formas de contenido sobre otras. Es que no hemos tenido suficientes opciones, y que no ha habido una alternativa muy obvia para cualquiera al que no le gusten los cambios que está haciendo. Threads acaba de cambiar eso, y lo ha hecho de forma espectacular. Si por fin tenemos opciones reales en las redes sociales, tanto mejor. No necesitaremos nuevas leyes. Y aún más, demostrará que la mejor manera de controlar cualquier industria, ya sea nueva o antigua, es abrir los mercados y permitir más competencia, para que los consumidores puedan abandonar muy fácilmente un servicio que no les guste.