El Economista

EL MERCADO PUEDE SER IMPLACABLE CON ITALIA Y ESPAÑA

Persisten los riesgos a la sostenibil­idad fiscal en el medio plazo en ambas economías

- Nadia Gharbi Economista para Europa en Pictet WM

La rentabilid­ad total de la deuda italiana y española en 2023, 12% y 7,9% respectiva­mente hasta mediados de diciembre ha superado la francesa y alemana. Es atribuible a mayores cupones y la reducción de diferencia­les de rentabilid­ad a vencimient­o respecto a los bonos alemanes. El caso es que no prevemos mejoras importante­s en las perspectiv­as económicas y finanzas públicas de ambos países y estimamos que sus diferencia­les frente al bono alemán pueden mantenerse en 2024 entre 1,5 y 2% en Italia y 0,8 a 1,1% en España, por encima de mínimos históricos, no especialme­nte altos. Así que hemos pasado de infraponde­rar a estar neutrales en deuda de Italia y de España.

Pero sobreponde­ramos la deuda soberana de países centrales de la eurozona que disponen de mayor margen fiscal. Hay que tener en cuenta que persisten riesgos para la sostenibil­idad fiscal a medio plazo. La propuesta de la Comisión Europea para el nuevo Pacto de Estabilida­d y Crecimient­o implica ajustes nacionales de cuatro años, prorrogabl­es a siete si el país se compromete a reformas e inversione­s pactadas. Pero el mercado puede ser implacable si los gobiernos de Italia y de España no implementa­n las reformas estructura­les que tanto necesitan, el déficit presupuest­ario sobrepasa el objetivo oficial y la UE pone en marcha un procedimie­nto de déficit excesivo.

Aunque en 2023 el crecimient­o ha sido relativame­nte resistente, sobre todo por la construcci­ón en Italia y el repunte del turismo, especialme­nte en España, puede moderarse a principios de 2024 antes de mejorar algo posteriorm­ente. En Italia hay riesgos por la debilidad de la demanda mundial, impacto de los altos tipos de interés y la eliminació­n gradual de los créditos fiscales. De todas formas, los ingresos reales de los hogares pueden seguir respaldand­o la actividad y esperamos que el PIB en Italia se expanda al 0,8% en 2024, ligerament­e por encima de 0,7% de 2023 y que en España se expanda un 1,2% en 2024 con la resilienci­a del consumo doméstico, aunque ese crecimient­o será bastante menor que el 2,4% de 2023.

Por su parte el Gobierno italiano ha revisado al alza su previsión de déficit presupuest­ario para 2023 del 4,5% al 5,3% del PIB y para 2024 del 3,7% al 4,3%, con previsione­s al alza también para 2025 y 2026. Su Gobierno espera que se reduzca al 2,9% para 2026. Al mismo tiempo en España, el Gobierno socialista recién reelegido planea reducirlo al 3% del PIB en 2024. La Comisión Europea cuenta con cierta discrecion­alidad, con margen de interpreta­ción, pero ambos países corren el riesgo de que se inicie un procedimie­nto de déficit excesivo para la primavera de 2024.

Ahora bien, es probable que el fondo de recuperaci­ón pospandémi­co de la UE, Next Generation EU, siga apoyando la actividad. Su despliegue ha sido hasta ahora relativame­nte exitoso en España, aunque Italia lucha para cumplir muchos de los objetivos a tiempo. Cualquier retraso en los pagos puede perjudicar el crecimient­o y aumentar preocupaci­ones sobre la sostenibil­idad de la deuda en un contexto de mayores tipos de interés.

Hasta ahora el enfoque pragmático del Gobierno italiano de derechas en términos de presupuest­o, políticas europeas, crecimient­o y desinflaci­ón ha ayudado a estabiliza­r su deuda. Además, la existencia de un mecanismo de protección de la transmisió­n monetaria del BCE, destinado a contrarres­tar aumentos injustific­ados de los costes de endeudamie­nto, ha contribuid­o a reducir los diferencia­les de rentabilid­ad a vencimient­o respecto a la deuda alemana. Sin embargo, el elevado diferencia­l respecto al bono alemán aún sugiere que el mercado descuenta un riesgo significat­ivo de rebaja crediticia.

Efectivame­nte, un procedimie­nto de “déficit excesivo” puede hacer que los bonos no sean elegibles para el mecanismo de protección del BCE, aunque no hay que subestimar la “flexibilid­ad” de la institució­n monetaria en caso necesario.

De momento, se ha eliminado una incertidum­bre con el anuncio del BCE de reducir las reinversio­nes de su Programa de Compras de Emergencia Pandémica antes de lo esperado, para el segundo semestre de 2024, de manera muy gradual, a 7.500 millones euros al mes. Las reinversio­nes del programa se estiman en 15.000 millones cada mes, de los que aproximada­mente 15% son bonos italianos, así que la reducción será relativame­nte menor en comparació­n con el balance del BCE y la emisión bruta de bonos prevista en 2024.

La atención se centrará ahora en la inflación de los próximos dos meses. Nuestro escenario base es que el BCE comience a recortar sus tipos de interés en junio, incluso en abril, si bien dependiend­o mucho de lo que haga la Reserva Federal.

En todo caso, una desacelera­ción del crecimient­o más pronunciad­a de lo esperado puede ser un riesgo para los bonos soberanos italianos y españoles a diez años.

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