El Economista

Las bolsas cierran el año en máximos: si se superan abren una subida libre

El EuroStoxx se atasca en el techo de Lehman que frena su ascenso hasta el nivel de la ‘burbuja’ El Russell es el único gran índice estadounid­ense que todavía no presiona sus máximos históricos

- Sergio M. Fernández

La bolsa europea acusa cierto desgaste en la recta final del año que está frustrando la llegada del EuroStoxx 50 a los 4.570 puntos en los que cotizaba el índice antes de la crisis de Lehman Brothers en 2007. Y esto mismo frena al índice de referencia de la bolsa del Viejo Continente a subir un 20% en el año, una meta que no alcanzará salvo sorpresa en la última sesión bursátil del 2023.

Desde el pasado lunes el mercado no ha encontrado ningún aliciente para mantener el impulso visto desde finales de octubre con el rally de la bolsa ante una expectativ­a de tipos de interés más bajos a partir del segundo trimestre del 2024. Así, todo apunta a que el EuroStoxx 50 saltará al próximo ejercicio pegado a los 4.500 puntos y retrasará un poco más una subida del 1,5% que lo separa de conquistar los máximos de la crisis financiera del 2007: la resistenci­a técnica que abre la puerta a los máximos históricos del EuroStoxx 50.

“No podremos hablar de nueva fortaleza a largo plazo mientras no consiga batir esos máximos del 2007, cuya ruptura dejaría como objetivo el nivel de la burbuja tecnológic­a del año 2000 en los 5.522 puntos”, señala el asesor de Ecotrader, Joan Cabrero, quien recuerda que hasta este punto el EuroStoxx tiene un margen de mejora de casi un 20%. No obstante, es poco probable desde un punto de vista técnico que el EuroStoxx realice todo ese camino sin consolidar antes una parte de esas subidas.

Por eso el experto de Ecotrader señala el alcance de la resistenci­a de los 4.570 puntos como referencia y la caída posterior en el índice como un punto para comprar de nuevo bolsa europea en busca de esos 5.500 puntos como objetivo último. “Sólo habría algún signo de debilidad si el EuroStoxx no consiguier­a alcanzar su techo de Lehman Brothers y antes iniciara una corrección más allá de los mínimos de octubre, en la zona de los 4.000 puntos”, según Cabrero.

El EuroStoxx tiene casi la misma distancia a sus máximos históricos que lo que acumula en el 2023. Todo va en movimiento­s que rondan el 20%. Es probable que la referencia de la bolsa europea solo supere esta cifra si se trunca su resultado, pero eso no resta valor al desempeño visto en el 2023. Los impulsos al alza de la bolsa europea se resumen en el rally previo a la crisis de Credit Suisse, en marzo de 2023, y el optimismo de la recta final del año (el verdadero catalizado­r de las alzas del 2023 es esa expectativ­a de hasta siete recortes de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, según Bloomberg). Con todo, el 2023 se quedaría como el quinto ejercicio más alcista del milenio para el EuroStoxx 50 (sólo en cuatro años se ha superado el 20% desde que arrancó el 2000). El 2019 previo a la crisis de la pandemia se mantendría como el año más alcista del índice paneuropeo, con un avance que roza el 25%. Y aunque la bolsa europea tiene los fundamenta­les para avanzar en el 2024 (véase apoyo), el EuroStoxx se queda en el ejercicio todavía en curso por detrás del Ibex 35 o de las grandes referencia­s de Wall Street.

El Russell completa ‘la mano’

Existe un claro contraste entre la bolsa europea y la estadounid­ense este año gracias a las grandes compañías tecnológic­as de Wall Street. Un puñado de valores que se podrían concentrar en los conocidos como los Siete Magníficos (entre los que se incluyen Amazon, Apple o Nvidia) empujaron al Nasdaq 100 a subir un 55% en 2023 y a anotar nuevos máximos históricos por encima de los 16.900 puntos. De hecho, el índice tecnológic­o y el Dow Jones industrial cotizan en niveles nunca antes vistos, mientras que el S&P 500 se sitúa a menos de un 0,3% de los 4.796 puntos que es su actual techo sobre el parqué.

Es decir, dos de los tres grandes índices de la bolsa neoyorquin­a están prácticame­nte en máximos por lo que falta una última carta para pasar del trío al póker histórico en Wall Street. El as que falta por salir es el Russell 2000. El índice de las pequeñas compañías de Wall Street (pequeñas en comparació­n con Apple porque capitaliza­n cientos de millones de dólares) sube en el año un 17%, por delante del Dow Jones. Las seis bajadas de tipos que se descuentan por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos ayudó a que los inversores se sientan más cómodos para tomar posiciones en compañías más pegadas al ciclo económico, del que se desprende que no estará estrangula­do por unos altos costes de financiaci­ón.

“Este trío de ases es una mano muy fuerte que los bajistas van a tener complicado superar. La fiesta alcista puede continuar de cara al 2024, pero los auténticos comodines que resolvería­n la partida sería ver al Russell o al Nasdaq Composite también por encima de sus altos históricos”, explicó Cabrero.

Así, la distancia hasta los máximos históricos del índice de las pequeñas capitaliza­das de Wall Street supera el 18%. El índice trasladará a la primera parte del año que viene cerrar el póker (o repóker de ases si el Nasdaq Composite sube otro 8% hasta su techo), pero no se cancela su fuerza alcista mientras cierre el 2023 sobre los 2.035 puntos. Desde un punto de vista por fundamenta­les el potencial que ve el consenso de mercado que recoge Bloomberg se sitúa por debajo del 13%, ya que la cosecha de los beneficios en 2024 seguirá al alza en pleno aterrizaje suave de la economía pero no sería suficiente para superar su techo en el corto plazo.

El índice de las pequeñas empresas de Wall Street está a un 18% de su techo bursátil

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