El impulso adicional de la recaudación rebaja el déficit hasta el 3,7% en 2023
La cifra mejora el objetivo europeo en dos décimas y enderaza la senda fiscal
España cerrará 2023 con un déficit dos décimas inferior al comprometido con Bruselas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aprovechó ayer su intervención en el Congreso para adelantar que el desequilibrio en las cuentas públicas cayó al 3,7% el año pasado, por debajo del 3,9% que exige la Comisión Europea. “Gracias al buen desempeño económico del país ya le puedo garantizar que este año vamos a cerrar, o mejor dicho, el año 2023, vamos a cerrar con un déficit público del 3,7%”, reveló el jefe del Ejecutivo.
Lo cierto es que los datos respaldan la estrategia de consolidación fiscal de Sánchez. La recaudación tributaria creció en 2023 más de lo estimado inicialmente. La Agencia Tributaria confirmó que los ingresos tributarios crecieron hasta los 252.927 millones de euros solo hasta noviembre. A ello, habría que sumar la recaudación registrada durante todo diciembre –que será desvelada el próximo 27 de marzo– un mes en el que los ingresos suelen dispararse, especialmente en el caso del IVA. El dato final podría quedar muy por encima de los 268.000 millones previstos inicialmente por el ministerio de Hacienda. El Banco de España ya anticipó la pasada semana un mejor rendimiento de la recaudación, motivada por “las mayores bases imponibles de los impuestos directos derivadas de los aumentos nominales observados en los excedentes empresariales, los salarios y las prestaciones sociales”.
El mayor descenso del déficit en 2023, también se sostiene por un menor avance de los gastos, del 6,5%. La contención del coste de las medidas anticrisis –con respecto al año anterior– consiguió compensar el impacto que el alza por la revalori
Evolución del déficit público anual, en % del PIB zación de las pensiones y el dinamismo del consumo público tuvieron sobre las cuentas públicas.
De confirmarse el dato por Eurostat, el camino hacia el cumplimiento de las reglas fiscales se allanará también en 2024. La senda fiscal limita el objetivo de déficit al 3% este año. Una meta viable para Moncloa, que no solo cuenta con un punto de partida más ventajoso –tras el anuncio de hoy– sino que además descuenta un ajuste involuntario en las cuentas, fruto de la prórroga de los presupuestos decretada tras el adelanto electoral en Cataluña.
La renuncia a elaborar unas nuevas cuentas pospone un techo de gasto más bajo al previsto, y congela las partidas presupuestarias limitando la capacidad de gasto de Moncloa. No está previsto que medidas costosas, como las quitas de la deuda que las comunidades autónomas mantienen con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), se aprueben en lo que resta de año. Otras, como el incremento del mínimo exento del IRPF para aquellos que cobren el SMI, serán impulsadas a través de decretos durante los próximos meses.
Además, las dos décimas de margen extra que concede el cierre de 2023, compensan el impacto de las medidas anticrisis que Sánchez extendió a lo largo de este año. La rebaja del IVA de los alimentos, las reducciones de impuestos energéticos o la subvención al transporte de viajeros, cuentan con un coste estimado de en torno a 0,6% del PIB en 2024, la mitad al gasto generado por el paquete anticrisis de 2023, y casi un 1% inferior al de 2022. pueden garantizar que al final de un período de ajuste fiscal de cuatro años, la deuda pública esté en una trayectoria descendente plausible o se mantenga en niveles prudentes a medio plazo.
El proceso de desinflación con los tipos de interés más elevados en más de dos décadas ha sorprendido. El lado positivo es la menor destrucción de empleo. Está previsto que el turno de palabra del Banco Central Europeo (BCE) cambie el rumbo de la política monetaria ya en junio. “lo que están esperando inversores es que en dos años los tipos se sitúen en el entorno del 2%, un nivel más bajo que el actual (4,5%) pero más elevado del registrado en la última década (0-0,5%)”.