Fracaso en la primera asamblea de Sumar
Las ausencias notables durante la primera reunión fundacional de Sumar han despertado preocupaciones y han sembrado dudas sobre el liderazgo de Yolanda Díaz en el partido. El proyecto político impulsado por la vicepresidenta del Gobierno se encamina así hacia una situación cada vez más complicada. El revés sufrido en las elecciones gallegas aún pesa como una amenaza sobre su liderazgo, y el reciente inicio de la formación en su primera asamblea oficial, el pasado sábado, no ha sido alentador. La escasa asistencia, tanto física como virtual, así como la falta de participación en la votación, han dejado en entredicho el liderazgo de Díaz en un momento en el que se anticipan desafíos electorales significativos. Incluso dentro de su propio partido, las críticas comienzan a surgir, con voces que sugieren que la situación es insostenible. Por otro lado, las tensiones internas respecto a la posición de Díaz se hacen más evidentes, especialmente en lo que respecta a su capacidad para mantener altas las expectativas después del lanzamiento del proyecto el año anterior. La presión de los partidos aliados ha llevado a concesiones significativas, como la renuncia al control de la lista electoral en favor de Estrella Galán, lo que ha generado malestar en algunos sectores del partido. Esta situación ha llevado a que Sumar sea percibido como un proyecto fragmentado. A medida que se acercan las elecciones europeas, la necesidad de un resultado positivo se vuelve crucial para silenciar las críticas. Sin embargo, la imagen de la asamblea inaugural, con numerosos asientos vacíos y una participación limitada, no ofrece un panorama alentador. Incluso en la votación interna, Díaz solo obtuvo una fracción de los votos totales, lo que contrasta con el respaldo recibido por otros líderes en procesos similares.
Díaz ha logrado tan solo 6.600 apoyos de los más de 70.000 inscritos en su asamblea