Repsol ‘olvida’ a Ribera y se alía con Bunge para crecer en biocarburantes
Compra el 40% de tres terminales por 313 millones para garantizarse suministro
Repsol ha aparcado por un momento las discusiones con Iberdrola y la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para seguir avanzando en su plan de negocios.
La compañía multienergética que dirige Josu Jon Imaz firmó ayer un acuerdo con Bunge, uno de los gigantes de los biocombustibles, para colaborar en el desarrollo de nuevas oportunidades que ayuden a satisfacer la creciente demanda de materias primas con menor intensidad de carbono para producir combustibles renovables.
El acuerdo además prevé que Repsol adquiera el 40% de tres instalaciones industriales que forman parte de Bunge Ibérica, una de las filiales de la compañía en la Península Ibérica, por un importe total de 300 millones de dólares y hasta 40 millones de dólares adicionales en pagos contingentes. El acuerdo incluye tres plantas dedicadas a la producción de aceites y biocombustibles en Bilbao, Barcelona y Cartagena, cercanas a complejos industriales de la petrolera.
Bunge continuará siendo un productor y proveedor clave de harinas proteicas, aceites vegetales, oleaginosas y cereales en España. Mediante esta alianza, Repsol incrementa su acceso a una amplia cartera de materias primas de baja intensidad de carbono para producir combustibles renovables, que suponen una ruta inmediata para acelerar la reducción de las emisiones del transporte, incluidos coches, camiones, aviones y barcos.
La capacidad de producción actual de Repsol de 1,1 millones de toneladas de combustibles renovables al año es equivalente al ahorro de emisiones de CO2 de más de 1,7 millones de vehículos eléctricos.
Repsol prevé aumentar su producción en un 55%, que supondrá 1,7 millones de toneladas en 2027 y hasta 2,5- 2,7 millones de toneladas en 2030. Para lograrlo, la empresa está acelerando el despliegue de combustibles renovables en su red de estaciones de servicio -la mayor de España- con la incorporación de surtidores de combustible 100% renovable. Actualmente, cuenta con casi 120 estaciones de servicio con combustibles 100% renovables y tiene el objetivo de llegar a las 600 a finales de año y a 1.900 en 2027.
En virtud de esta alianza, ambas compañías planean explorar otras áreas de cooperación y desarrollo de proyectos para aumentar la disponibilidad potencial de aceites y grasas no destinados a alimentación para el mercado de combustibles renovables.
“Con este acuerdo, Repsol consolida su liderazgo en combustibles renovables en la Península Ibérica. Es una prueba clara del firme avance que estamos haciendo en nuestra ambiciosa hoja de ruta para aportar a la sociedad soluciones para reducir las emisiones netas de CO2 del transporte de la forma más rápida y eficiente posible”, ha señalado Juan Abascal, Director General de Transformación Industrial y Economía Circular de Repsol.
“Este es un paso emocionante para Bunge en España y respalda nuestro compromiso de crear rutas alternativas de descarbonización de las cadenas de suministro agrícolas y de aceites en nuestra industria. Juntos, gracias a la profunda especialización en el sector agroalimentario y la conectividad global para las materias primas renovables de nuestras compañías, nuestro objetivo es aprovechar mayores oportunidades en el área de las energías renovables”, dijo Julio Garros, Copresidente de Agronegocios de Bunge.
La alianza con Bunge se suma así al esfuerzo del sector que está incrementando su inversión en este área. De hecho, Cepsa puso la primera piedra de su futura planta de biocarburantes de segunda generación -con presencia de la vicepresidenta Teresa Ribera- en Huelva.
BP, por su parte, está también a la espera de que se aprueben las condiciones regulatorias necesarias para dar luz verde definitiva a sus planes de inversión en hidrógeno verde en su refinería de Castellón. Un proyecto al que prevé destinar 2.000 millones de euros hasta 2030. La compañía también prevé triplicar su capacidad de producción de biocarburantes hasta los 650.000 toneladas.
La petrolera aspira a alcanzar los 2,7 millones de toneladas de producción en 2030