La IA debe ser inclusiva, equitativa, ética y poner a las personas en el centro
Esta tecnología permite liberar a los empleados de tareas tediosas y centrarse en las de más valor añadido
Inclusiva, equitativa, ética y, sobre todo, que ponga a las personas en el centro. Así debe ser la integración de la inteligencia artificial en los puestos de trabajo. IA Responsable, basada en componentes hardware dedicados, como los chips de Intel y con un sistema operativo como Windows 11 que ayude a obtener el mayor rendimiento de sus capacidades. Y es que las herramientas tecnológicas pueden ser un factor determinante en la mejora de la experiencia digital de las organizaciones. Además de proporcionar el soporte técnico adecuado para trabajar en entornos exigentes con un modelo de gestión adaptado.
Bajo estas premisas, elEconomista.es e Inetum organizaron el observatorio Hacia el puesto de trabajo del futuro: Más allá de la IA Generativa con la colaboración de Microsoft e Intel. En el evento los expertos debatieron sobre la innovación tecnológica en el puesto de trabajo, la experiencia del empleado y la productividad y la eficiencia. El coloquio contó con la presencia de Adán Recuero, head of agile transformation de Grupo MásMóvil; María Segura Fornieles, subdirectora general de AlgaEnergy; Boris Delgado, director de tecnología y digitalización de AENOR; Rafael Miñana Gómez, director de personas, talento y cultura institucional de ONCE; Rubén Hernández, chief human resources officer de Solarig; Óscar Romero Jiménez, director de organización y personas de Donte Group; Sergio Torres, cloud & workplace manager de Inetum y Luis de la Fuente, subdirector de la Escuela de Ingeniería UNIR.
La inteligencia artificial permite liberar a los empleados de tareas tediosas para poder concentrarse en actividades de alto valor añadido. A este respecto se pronunció el chief human resources officer de Solarig: “Al final, tenemos que tener en cuenta que es una herramienta que debe estar al servicio de las personas y creo que es fundamental que le demos un enfoque positivo. Todos somos conscientes de que automatiza un montón, quita tareas que son monótonas, repetitivas, que permite a los colaboradores centrarse en tareas de mayor valor añadido”.
Muy en la línea se pronunció la subdirectora general de AlgaEnergy. “La IA es fundamental en el desarrollo de proyectos de I+D+i. Es una herramienta fundamental para agilizar el desarrollo de esos proyectos y obtener resultados y conclusiones en menos tiempo. Obtener resultados de una manera más ágil y más determinantes”, destacó.
Unos proyectos, que en contra de lo que se cree no son cosa del futuro. De hecho, los expertos coincidieron en que se trata una revolución que ya está presente en las empresas. “Más allá de la IA generativa hay un mundo, pero es un mundo que está en el aquí y en el ahora. La sensación es que estamos siendo demasiado audaces en la visión a seis meses que ya se antoja en el mundo tecnológico muy a largo plazo y si me gustaría poner el foco en el aquí y el ahora y en cómo estamos abordando los retos del futuro en el presente”, apuntó el cloud & workplace manager de Inetum.
Para poder sacar el máximo partido a la IA es necesario que se eliminen ciertos miedos y sesgos. “A veces la formación provoca miedo, y eso deriva en que la tecnología no se use a máximo nivel. Tenemos que poner el contexto para que sea segura, y eso lo podemos hacer a políticas de ciberseguridad y políticas adecuadas. Y que no se frene al avance”, explicó el head of agile transformation del Grupo MásMóvil.
Unos riesgos que para el director de tecnología y digitalización de AENOR se solucionan poniendo a las personas en el centro. “Tenemos ya experiencia en el mundo de la ciberseguridad y ya nadie lo pone en cuestión. Ahora hay que concienciar y esos riesgos se mitigan poniendo a las personas en el centro. Hay que formar, pero también informar y concienciar”, destacó.
Una formación en la que juega un papel fundamental la universidad. “La formación es clave para evitar muchísimos riesgos, como la fuga de información. La IA es un valor añadido, pero se percibe lo que hacemos con la IA de manera errónea y hay una sensación de no estar poniendo a las personas en el centro. Hay que saber que quieren las personas y para eso es necesario una clara formación clara”, aseguró el subdirector de la escuela de ingeniería de la UNIR.
Pese a que se trata de una tecnología que está teniendo repercusión
Para poder sacar el máximo partido a la IA es necesario que se eliminen ciertos miedos y sesgos
en el aquí y en el ahora, los expertos coinciden en que todavía queda camino por recorrer. “Las expectativas de los directores de personas en cuanto a la inteligencia artificial son máximas. Nosotros pensamos que tenemos muchas áreas de mejora y que la inteligencia artificial nos va a ayudar en todas estas áreas: en selección del mejor talento, en la búsqueda del mismo, en la formación, en la creación de itinerarios formativos personalizados, en todos los temas de desarrollo de recursos humanos”, detalló el director de organización y personas de Donte Group.
En todo lo que queda por hacer quiso poner el foco el directo de personas, talento y cultura institucional de ONCE: “Creo que hay proyectos donde la aplicación de la inteligencia artificial puede tener mucho interés, pero al final hay procesos donde todavía no se puede abordar porque primero hay que garantizar una serie de cuestiones”.
“Creo que es una herramienta muy útil y que aportará valor real, pero creo que no estamos en la fase en la que ese valor se aporte a los trabajadores. No puede darse su implantación generalizada porque no saldría a cuento. Además, es una tecnología que va cambiando día a día, no es estable”, añadió.
“La IA debe poner la ética en el centro, que no quede a la sombra. Debe ser equitativa, inclusiva y ese es uno de los grandes retos”, concluyó el chief human resources officer de Solarig.