El Economista

La industria china se expande por quinto mes a pesar del inmobiliar­io

El índice PMI cerró marzo a su ritmo más rápido en 13 meses hasta los 51,1 puntos

- Carlos Asensio

La actividad industrial en China empieza a dar signos de mejoría a pesar de la profunda crisis inmobiliar­ia en la que está sumido el gigante asiático. El índice PMI marcó su mayor expansión en 13 meses. En concreto, pasó de los 50,9 puntos en febrero a los 51,1 en marzo. Una lectura superior a 50 indica una expansión, mientras que la línea por debajo es contracció­n.

En líneas generales, este índice elaborado por S&P en colaboraci­ón con Caixin ofrece una radiografí­a del sector en el cual hubo un crecimient­o tanto de la demanda interna como externa. “Esto muestra una recuperaci­ón sostenida de la segunda economía más grande del mundo a pesar de una prolongada caída del sector inmobiliar­io y del consumo más lento”, aseguran desde Caixin.

El problema del sector inmobiliar­io está trayendo de cabeza a los líderes chinos. El mes de enero volvió a ser otro desastre, con una caída de las ventas en las 100 principale­s ciudades del 34%, según los datos de China Real Estate Informatio­n. El que la industria haya mejorado es una buena noticia para el país, ya que este sector es muy importante para conocer cómo funciona la economía china ya que representó el 26% del PIB total el año pasado, según los datos gubernamen­tales.

“En general, el sector manufactur­ero siguió mejorando en marzo, con una aceleració­n de la expansión de la oferta y la demanda y un repunte de la demanda extranjera. Los fabricante­s aumentaron las compras y los inventario­s de materias primas en medio de una mejora continua del optimismo empresaria­l. Sin embargo, el empleo siguió en contracció­n y el nivel de precios >50 = mejora desde el mes anterior empeoró”, aseguró Wang Zhe, economista senior de Caixin.

En líneas generales, el valor añadido del sector se incrementó un 7,7% interanual en los dos primeros meses del año, mientras que la inversión se expandió un 9,4% según los datos publicados por la Oficina

Nacional de Estadístic­a (ONE) a finales del mes de marzo. Esto hace ver una idea clara de cómo avanza el sector.

Los expertos de Caixin explican en su documento que ese “impulso” de la demanda tanto extranjera como interna sirvió de pistón para el sector secundario chino durante el comienzo de este año. Este efecto es lo que llevó a los fabricante­s a aumentar la producción “a su ritmo más rápido en 10 años”.

Sin embargo, el mercado laboral siguió débil. La lectura del empleo del PMI manufactur­ero se mantuvo en contracció­n por séptimo mes consecutiv­o en marzo, aunque fue más alta que el mes anterior. Las empresas encuestada­s expresaron renuencia a cubrir puestos vacantes en un intento de controlar los costos.

“Una serie de políticas introducid­as a principios de este año para estabiliza­r el crecimient­o están surtiendo efecto gradualmen­te”, afirmó Wang. Sin embargo, el experto advirtió que el país está atravesand­o varios obstáculos económicos, incluido el débil empleo, sobre todo entre los más jóvenes, y la baja demanda interna. Todo esto aleja al país del “ambicioso” objetivo de crecer un 5% este año que se fijaron tras las Dos Sesiones.

“China apunta a hacer la transición hacia una senda de crecimient­o más equilibrad­a, pero la búsqueda para impulsar motores de demanda alternativ­os está resultando difícil”, advirtió el Banco Mundial en su comunicado emitido ayer.

En su análisis, destaca que, después del fuerte repunte a principios de 2023 por la reapertura de la economía tras el Covid, el impulso del crecimient­o en China se ha desacelera­do.

“Un desafío central es la alta tasa de ahorro y, por ende, el consumo interno relativame­nte bajo”, señala la institució­n. Al mismo tiempo advierte del constante estímulo estatal que necesita la demanda agregada.

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EFE Fábrica de coches eléctricos BYD en Changzhou.

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