BARES LLENOS, BOLSILLOS VACÍOS
Son muchos en la opinión pública y en la publicada los que con ocasión de la Semana Santa, se preguntaban por la contradicción entre una situación económica y de empleo en fase de recesión encubierta y la desbandada, más que escapada, vacacional de estas fechas que apunta un nuevo récord turístico con previsiones de un 13% de subida con respecto al año precedente, un aumento de las reservas del 33% y una ocupación de los establecimientos hoteleros próxima al 80%, a pesar de las cancelaciones de última hora por la climatología y del aumento de los precios.
Una contradicción que se explica por la locución latina carpe diem (vive el momento), se conjuga con endeudamiento y se resume en lo que un destacado compañero en estas lides de la información definía como “bares llenos, bolsillos vacíos”. De hecho, las previsiones sobre el gasto turístico en esta Semana Santa apuntan a un gasto medio de 385 euros que suponen un descenso del 10% respecto a 2023 a pesar del crecimiento de la ocupación, porque los españoles viajan más pero gastan menos, se acortan los días de vacaciones y, sobre todo, se endeudan más.
Los datos de la entidades financieras revelan que las solicitudes de préstamos personales para viajes y vacaciones han crecido más de un 200% en los últimos tres años, alcanzando la cifra de 2.800 millones de euros sólo en el pasado mes de enero, mientras que el endeudamiento de las familias alcanza ya los niveles del año 2020.
La inflación y los altos tipos de interés han mermado la renta disponible de los hogares, haciendo que tengan que financiar su consumo y la realidad de la economía familiar hoy en España es que los hogares destinan más del 40% de su renta a pagar deuda.
Pero esta expansión del crédito al consumo viene también acompañada de una utilización perjudicial de los solicitantes, que afecta ya al 62% de los sobreendeudados. En concreto, según el último análisis de una fintech dedicada a la reestructuración de deuda de cada diez usuarios sobreendeudados seis hacen un uso perjudicial de sus tarjetas y la práctica más habitual es financiar una deuda con otra.
Eso, en un contexto en el que, con datos de la oficina de estadísticas de la UE, Eurostat, España es el país europeo en el que más ha caído la renta per cápita en paridad de poder adquisitivo. Una caída que contrasta con el incremento de renta per cápita en 18 de los 27 países de la UE, incluidos Portugal, con una mejora del 1,3 %, e Irlanda donde las subida de la renta per cápita alcanza el 23,7 %. Mientras que la inflación, se ha vuelto o a reactivar en marzo, registrando el aumento más significativo de los últimos doce meses y acumulando una subida del 18,4 % desde 2019 provocando que el salario medio haya perdido 615 euros de poder de compra en los dos últimos año, como destaca un reciente informe del Instituto Juan de Mariana. Organismo este que constata también como el incremento de la presión fiscal en España entre 2018 y 2022 ha sido de 2,9 puntos sobre el PIB, el segundo mayor ascenso entre los veintisiete países de la Unión Europea donde apenas ha subido 0,1 puntos, con caídas de 2,7 puntos en Dinamarca y 2,1 puntos en Suecia.
Claro que esto ni afecta ni preocupa al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez que ha pasado la Semana Santa en el Palacio de las Marismillas, en Doñana. Una finca con 18 habitaciones, cada una con su baño, comedor, cocina y playa propia, y todo a cargo del Presupuesto del Estado. El mismo Sánchez que, con Marruecos realizando maniobras militares junto a las costas de Canarias, se va de gira por Oriente Medio, sin requerir explicaciones de Rabat. ¿Sabremos alguna vez qué sabe el rey moro tras espiar el teléfono móvil de nuestro jefe de Gobierno para qué Sánchez se humille y haga más cesiones a Mohamed que a Puigdemont?
España es el país de la UE en el que más ha caído la renta per cápita en paridad de poder adquisitivo