El Economista

Es una de las casas especializ­adas en crear botellas artísticas para sus fragancias, y este año ha lanzado

Guerlain The bee Bottle y Le flaçom tortue

- Cristina Zabaleta

Hay perfumes que no están al alcance de todo el mundo. Cuidadas ediciones limitadas que llevan el término lujo a su máxima expresión. Una de las casas especializ­ada en hacer de sus botellas auténticas obras de arte es Guerlain, que este año trae a los coleccioni­stas dos ediciones limitadas de sus grandes clásicos.

El primero de ellos es la reinterpre­tación de su famoso frasco de abejas: The Bee Bottle. Creado en 1853 para albergar el Eau de Cologne Impériale, regalo para la emperatriz Eugenia por su boda con Napoleón III, ahora renace como Perle Imperiale. Se trata de una edición limitada de 43 piezas para la que se ha contado con la colaboraci­ón del atelier de alta costura Baqué Molinié. La cúpula del frasco se realza con un bordado a mano de perlas y cuentas de piedra de luna blanca, homenajean­do la arquitectu­ra árabe de la Alhambra de Granada. La botella tiene un coste de 16.000 libras (unos 18.700 euros) y solo es accesible a través de contacto directo con los expertos de Guerlain.

Ediciones limitadas

Su segundo lanzamient­o es una versión renovada y elevada del legendario frasco tortuga. Una obra de pura artesanía que conmemora la apertura en 1914 de su histórica boutique en Avenue des ChampsÉlys­ées, en París, así como el nacimiento del propio frasco. No en vano, Jacques Guerlain se inspiró en la lentitud de las obras de construcci­ón de la boutique para crear esta botella-tortuga y convertirl­a en un emblema de la mano de la cristalerí­a Baccarat.

Ahora el frasco se tiñe de un rojo incandesce­nte para albergar el extracto de perfume ChampsÉlys­ées. Se trata de un aroma floral de rosa y mimosa, con notas de grosella negra en su salida y semillas de hibisco y madera de almendro como fondo. La edición está compuesta por 32 piezas únicas que pueden adquirirse a un precio de 22.500 libras (26.300 euros).

Otra firma exclusiva que cuenta con una pieza digna de coleccioni­sta es Roja. Su fragancia homónima fue creada por su fundador, Roja Dove, para su uso personal. Para ello empleó cerca de un año en su elaboració­n y utilizó los materiales y extractos que más amaba, sin escatimar en costes. Aunque al principio no estaba a la venta, fue tal la expectació­n que causó, que diez años después de su creación, haciéndolo coincidir con el cumpleaños del propio creador, la compañía lanzó una producción de 25 botellas para el mercado de Reino Unido y otras 25 botellas para el resto del mundo. Este lanzamient­o se repetía cada 25 de septiembre hasta que en 2019, viendo la alta demanda, la producción se aumentó a 250 unidades para el Reino Unido y 250 para el resto del mundo.

Las fragancias más costosas

En la actualidad los coleccioni­stas pueden conseguir esta fragancia chipre ambarada, en la que la rosa, el jazmín de Grasse y el Ylang Ylang se entremezcl­an con maestría, en diferentes perfumería­s especializ­adas y en la propia página web de la compañía a un coste de 2.500 libras los 100ml (unos 2.924 euros).

A pesar de su elevado precio, ninguno de estos tres perfumes ocupa una plaza en el pódium de los perfumes más costosos. El perfume más caro jamás vendido es Opera Prima, de Bvlgari. Un aroma cítrico-floral que salió al mercado en 2014, cuando la marca decidió celebrar sus 130 años de historia creando el perfume más caro del mundo. Su precio, 250.000 euros, y fueron necesarios cuatro años para encontrar un dueño a esa exclusiva botella.

Con jazmín de Arabia

La segunda posición la ocupa Clive Christian Nº1 Imperial Majesty. Salió a la venta en 2006 a un precio de 205.000 dólares (190.808 euros) y, al igual que Le Flacon Tortue de Guerlain, su frasco era de cristal de Baccarat, en este caso adornado con un collar de oro blanco y cinco diamantes. Solo se lanzaron diez botellas de esta compleja combinació­n de ingredient­es exclusivos como el jazmín de Arabia, la vainilla de Tahití o el sándalo de la India. Por eso, actualment­e es prácticame­nte imposible de conseguir. Sin embargo, los amantes de esta casa pueden encontrar su versión Clive Christian Nº1 a un precio mucho más reducido, manteniend­o la calidad y parte del aroma. En concreto, la botella de 50 ml, que no es de Baccarat ni está adornada con oro, cuesta 750 euros y puede encontrars­e en tiendas de lujo y en la propia web de la marca.

Otro de los perfumes más icónicos del mercado y con un precio solo apto para unos pocos es la versión Grand Extrait del famosísimo Chanel Nº5. El clásico aroma creado en 1921 por Ernest Beaux se presenta desde 2021 en botellas de gran tamaño. Talladas en una sola pieza a modo de diamante, es su tamaño singular lo que las convierte en pieza de coleccioni­sta. Se pueden lograr tres versiones diferentes, 225 ml (2.500 euros), 450 ml (5.000 euros) y 900 ml (10.000 euros), todas disponible­s en boutiques de

Chanel y en tiendas de lujo.

 ?? EE ?? Chanel nº5.
EE Chanel nº5.
 ?? EE ?? Frasco ‘Le fraçom tortue’, de Guerlain.
EE Frasco ‘Le fraçom tortue’, de Guerlain.
 ?? EE ?? Opera Prima de Bvlgari.
EE Opera Prima de Bvlgari.

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