LA MARCA PAÍS Y LA POSICIÓN DE INVERSIÓN INTERNACIONAL NETA
En un mundo global donde los fluyen los capitales de un sitio a otro, hay economías prestamistas y prestatarias, frente al resto del mundo, unas tienen capacidad de financiación y solvencia y otras, más vulnerables, necesidad de ser financiadas.
La deuda externa bruta de la eurozona es de unos 16 billones de euros y en el caso de España suma un total de 2,42 billones de euros, lo que representa el 165,5% del PIB, siendo 40 millardos de euros (mm) superior a la de 2022 y 305 mm mayor desde 2019. Es decir, que de cada 100 euros de deuda externa de la zona euro, 15 corresponden a España.
Ahora bien, no sólo debemos a otros, sino que también nos deben, por ello, es importante medir la deuda externa neta, para ver si nuestra posición como país frente al mundo es acreedora o deudora. Para ello, la deuda externa neta muestra la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones de deuda externa en relación con sus activos en el extranjero.
Sin embargo, existe otro indicador que ofrece una visión más amplia de la posición financiera neta de un país, proporcionando información sobre su solvencia y capacidad de financiación en el contexto mundial. Se trata de la posición de inversión internacional neta (PIIN) que es una medida que refleja la diferencia entre los activos financieros totales que posee el país en el extranjero y los pasivos financieros que tiene con el resto del mundo. En otras palabras, es la suma de los activos netos que un país tiene en el extranjero, ya sea en forma de inversiones directas, carteras de inversiones (como bonos y acciones) y reservas de divisas, menos la deuda y otras obligaciones que el país debe a entidades extranjeras.
Una PIIN positiva indica que un país es un acreedor neto del resto del mundo, lo que significa que posee más activos en el extranjero de lo que debe. Por el contrario, una PIIN negativa indica que un país es un deudor neto, lo que implica que tiene más pasivos financieros con el resto del mundo de lo que posee en activos.
La importancia de la PIIN radica en que es un indicador de solvencia y estabilidad económica que permite valorar el riesgo ante los cambios del entorno global y su posible impacto en la política económica del país. Igualmente es un factor determinante de la capacidad adicional del país para financiar inversiones, contribuyendo a la estabilidad financiera y promover un crecimiento económico sostenible.
En línea con lo anterior, el Banco de España acaba de publicar cuál es la PIIN de nuestra economía y se sitúa en -771,4 mm de euros representando el -52,8% del PIB. Si se compara con los años anteriores, ha ido mejorando, sin embargo, según Eurostat, tras Francia, somos el país con dicha posición más negativa de toda Europa, lo cual ya nos permite tomar perspectiva de lo que puede implicar.
En la parte positiva se encuentran, liderando la lista, Alemania (+2,782,8 mm), Noruega (+1.256,1 mm), Suiza (+817,4 mm) y Países Bajos (+694,7 mm), países que muestran la fortaleza financiera de sus economías. Es decir, son acreedores netos frente al resto del mundo, con conocida solvencia financiera que generan confianza inversora.
En el caso de España, la PIIN negativa muestra nuestra gran dependencia de la financiación externa para cubrir las necesidades de inversión y gasto, lo que aumenta nuestra vulnerabilidad ante cambios en el entorno mundial como pueden ser el aumento de los tipos de interés o la disminución de la confianza de los inversores por el aumento del riesgo asociado, lo que podría llevar a una disminución de las reservas de divisas. Una disminución repentina de la PIIN podría ser una señal de posible fuga de capitales o de crisis financiera.
Por tanto, la PIIN es un indicador importante para medir la posición financiera de un país, su dependencia de terceros y su vulnerabilidad junto a su resistencia ante perturbaciones externas gracias a que se podrán utilizar los activos financieros para amortiguar los efectos adversos que surjan. Todo ello afectará al grado de confianza de los inversores internacionales y a la calificación crediticia del país.
Aunque el diagnóstico de una economía se debe realizar considerando diversas variables económicas y financieras, el análisis de la PIIN, sin ser determinante, permite complementar la imagen global del país, en términos de vulnerabilidad financiera y de la capacidad de financiación de la economía, es decir, la marca país y su atractivo económico para el resto del mundo.
En resumen, comparando con una partida de ajedrez en el tablero mundial de la economía, en la que cada país juega frente a los otros, la PIIN sería el número de piezas que cada jugador tiene frente a las que ha perdido, de modo que, cuanto menos piezas nos queden sobre el tablero, la exposición a los movimientos del contrario es mayor y el margen de maniobra para tomar decisiones estratégicas disminuye.
De cada 100 euros de deuda externa de la zona euro, 15 corresponden a España