El CES advierte del mayor coste y burocracia para las empresas por la factura electrónica
La nueva facturación electrónica para las empresas y autónomos será una realidad el próximo curso, cuando finalice su proceso de desarrollo normativo. El Consejo Económico y Social (CES) ha elaborado una propuesta de dictamen, a la que ha tenido acceso este medio, considerando positivo, con matices, la generalización de la factura digital. Aunque resalta varios puntos a tener en cuenta, entre ellos el incremento de las cargas burocráticas y el mayor coste que deberán asumir los empresarios para acomodarse al nuevo procedimiento.
El CES considera, a modo resumen, que la norma recoge los requisitos técnicos y de información del sistema español de factura electrónica obligatoria, los estados de la factura y los requisitos de interoperabilidad mínima entre los prestadores de soluciones tecnológicas de facturas electrónicas. “Se trata de una norma equilibrada, integradora y garante de la interoperabilidad de la facturación electrónica, siguiendo estándares comunitarios y españoles”, explican.
Aunque el primer punto destacado de su valoración se centra en el coste y el ‘papeleo’ a corto plazo: esperan un impacto muy diferenciado en el tejido empresarial por sectores y tamaños. Para tratar de proteger a las pymes, el CES propone “establecer límites respecto a la información recogida en las facturas electrónicas, más allá del contenido mínimo previsto en el Reglamento por el que se regulan las obligaciones de facturación, con el fin de que no se convierta en una fuente de cargas excesivas para las empresas de menor dimensión, pero sin que ello suponga un impedimento para alcanzar el objetivo de la norma”.
Cepyme también encuentra “puntos grises” en la norma. “Acarrea costes de implantación y nuevas cargas que pueden ser de difícil gestión para muchas pymes en el corto plazo, especialmente para las de menor tamaño”.