La debilidad del PIB francés eleva su deuda y déficit por encima de España
Por primera vez en una década, España presenta mejores indicadores fiscales
La economía de Francia se encuentra en serios problemas. El avance del PIB ha perdido buena parte de su impulso durante 2023, mientras que para este año se espera un crecimiento todavía inferior, que podría estar entre el 0,6 y el 0,8%. Al mismo tiempo que la economía se ‘apaga’, el gasto público galo sigue superando con creces los ingresos, generando un déficit público que se mantiene en cifras extremadamente altas. Esta debilidad en Francia ha generado una situación curiosa: por primera vez en más de una década, España presenta un déficit y una deuda pública sobre PIB inferiores a los de Francia, lo que a su vez ha permitido que los diferenciales de deuda se estrechen entre ambos países, llevando incluso a un famoso banco de inversión galo a recomendar la inversión en España por delante de Francia.
En un primer vistazo a los datos de crecimiento y previsiones se puede observar cómo la economía de España (si se cumple el consenso de estos vaticinios) va a crecer con mucha más intensidad que Francia durante los próximos años. Por ejemplo, desde la aseguradora alemana Allianz prevén un crecimiento del PIB en España cercano o superior al 2% este 2024 y en 2025, mientras que la actividad en Francia apenas avanzará un 0,7 y un 1,3%, respectivamente. Francia es el nuevo enfermo de Europa.
Estos déficits han llevado a la deuda gala a superar el 111% sobre PIB, situándose por encima de la deuda pública de España, que se ha colocado en el 109,8%. España no había logrado presentar una deuda y déficit más bajos que el de Francia desde el año 2007, justo ante de la crisis financiera. Ahora, la endeble co
Deuda pública sobre PIB yuntura de la economía francesa, junto al buen momento cíclico de la economía española, ha cambiado las tornas. Los mercados y los inversores valoran este giro, lo que queda reflejado en el pequeño spread que existe entre los bonos soberanos a 10 años de ambos países, que ha quedado reducido a poco más de 35 puntos básicos.
No obstante, buena parte de esta convergencia en los bonos y el mejor comportamiento fiscal de España tiene más relación con el mal momento de Francia que con el buen hacer de España. Francia tiene un problema importante en lo que al gasto público estructural se refiere, tal y como revelaba recientemente el Fondo Monetario Internacional en un informe en el que subrayaba el enorme margen de las finanzas públicas galas para mejorar su eficiencia en el gasto. A ese problema hay que sumarle la incapacidad del año 2023 para ingresar todo lo que había previsto. Ambos problemas han generado este fuerte incremento del déficit.
“La tendencia al aumento del gasto corriente primario durante las últimas tres décadas deja a Francia con el ratio de gasto más alto de Europa. Francia necesitará revertir esta tendencia mediante reformas estructurales del gasto para reconstruir las reservas fiscales, que se han visto aún más erosionadas por la gran respuesta fiscal a los sucesivos shocks durante el período 20202022”, señalaba el FMI. El documento publicado en febrero de este año identifica varias áreas donde existe margen para mejorar el gasto público francés. “Aunque Francia obtiene buenos resultados en la protección de sus ciudadanos contra los riesgos sociales, la eficiencia del gasto en protección social podría mejorarse. El gasto en protección social explica la mayor parte de la brecha de gasto con otros países de su entorno... Una mejor focalización de los beneficios sociales y una reducción de su generosidad fortalecerían la eficiencia redistributiva y los incentivos del mercado laboral, al tiempo que generarían ahorros importantes”, señala el informe.
Al problema del gasto ya comentado, hay que sumarle la mala previsión de ingresos, que se quedó muy lejos del objetivo. Desde Capital Economics atribuyen toda la desviación del déficit a unos ingresos menores a los previstos. Es decir, Francia tiene un problema estructural de gasto y otro coyuntural de ingresos: “El exceso del déficit de Francia se debió casi exclusivamente al mal de dato de recaudación”. Con un problema de gasto y otro de ingresos... el resultado es obvio: un déficit elevado y una deuda pública creciente.
Los economistas de ING destacaban en una nota publicada a propósito del dato de déficit su sorpresa por el elevado desequilibrio de las cuentas galas: “En un giro espectacular de los acontecimientos, después de años sin que la situación presupuestaria francesa despertara ningún interés, la cuestión de la sostenibilidad de las finanzas públicas ha vuelto al centro de las noticias. Se esperaba mucho la publicación de las cifras de déficit y deuda para 2023, y la cifra finalmente es oficial. El instituto francés de estadística INSEE anunció que el déficit público en Francia ascendió al 5,5% del PIB en 2023, frente al 4,8% en 2022”.
Desde Deutsche Bank también advertían sobre este dato preocupante y realizaban una ‘odiosa’ comparación con la situación fiscal de EEUU, que había copado hasta la fecha todos los focos de atención en los países avanzados: “Se habla mucho del enorme déficit estadounidense,
La deuda gala supera el 111% del PIB, por encima de la española, ubicada en el 109,8%
Francia cuenta con la ratio de gasto más alto de la UE y unos ingresos por debajo de lo previsto
pero los datos publicados en Francia muestran que el déficit del país se situó en el 5,5% para 2023, por encima del objetivo inicial del gobierno del 4,9%, aunque con el riesgo al alza señalado recientemente por el Ministro de Economía.
¿Y subir los impuestos? Los expertos de ING responden a esta pregunta: “Desde el inicio de la presidencia de Macron, la idea no ha sido aumentar los impuestos, sino sólo modular el gasto”. Sin embargo, la gravedad de la situación podría provocar un cambio en la postura del presidente francés.