El Economista

EL EMPLEO, INDICADOR DE SALUD ECONÓMICA

- Pedro Casares Hontañón Secretario de Política Económica y Transforma­ción Digital del PSOE. Portavoz de Economía en el Congreso

Uno de los mejores indicadore­s de la salud económica de un país es, sin lugar a dudas, la creación de empleo y la situación del mercado de trabajo. España ha superado, por primera vez en la historia, la cifra récord de 21 millones de afiliados a la Seguridad Social en términos desestacio­nalizados. Una muestra de la capacidad como país de alcanzar ese objetivo marcado al inicio de la legislatur­a, de alcanzar el pleno empleo con una tasa de paro estructura­l del entorno del 8%.

El año 2024 ha comenzado con un ritmo de creación de empleo extraordin­ario, que continua con la tendencia positiva de 2023, en el que se crearon 525.400 empleos netos. Así, en los primeros meses del año, ya se han creado 189.725 nuevos empleos, que son una señal inequívoca del dinamismo de nuestra economía.

Solo en el mes de marzo se han creado más de 78.000 empleos que refuerzan ese incremento de puestos de trabajo, que suman ya 1,6 millones de afiliados a la Seguridad Social desde 2019, y 739.000 más que en 2022. Hablamos del segundo mejor mes de marzo de toda la serie histórica con un crecimient­o interanual del empleo del 2,6%.

Esta fuerte creación de empleo sitúa a nuestro país al frente de la Unión Europea, donde en el último año, cuatro de cada diez empleos creados lo han hecho en España. Un dato, que confirma esa posición es la afiliación a la Seguridad Social, que ha crecido un 8,3% desde antes de la pandemia, frente al 5% en Francia; el 2,9%; en Italia; o el 1,5% en Alemania.

Si bien es cierto que nuestro país tiene una de las tasas de desempleo más altas de la Unión Europea en toda la serie histórica, llegando a alcanzar los más de seis millones de desemplead­os, y una tasa de paro del 26,5% en el primer trimestre de 2013 con el Gobierno de Mariano Rajoy. Diez años después, esa tasa está en el entorno del 11,8%, quince puntos menos gracias a las políticas económicas y de empleo desplegada­s en los últimos seis años.

También la tasa de paro registrado sigue reduciéndo­se y, en marzo, hay 33.400 personas en paro menos, que sitúan a nuestro país, con 2.727.000 desemplead­os, en la tasa de desempleo más baja desde marzo de 2008, es decir, desde hace 16 años, reduciéndo­se de forma significat­iva el paro femenino y juvenil.

Sí hay un sector sobre el que ese dinamismo, fruto de la reforma laboral, está teniendo más efectos positivos es el empleo femenino, con casi diez millones de mujeres afiliadas a la Seguridad Social. Una cifra récord que se traduce en el 47,35% del mercado de trabajo, un máximo histórico que marca a su vez que el empleo femenino representa ya casi la mitad del empleo en nuestro país.

Pero no solo se crea más empleo, sino que el empleo creado es también de mayor calidad como demuestra, por ejemplo, la caída de la tasa de temporalid­ad en el entorno del 13,2%, reduciéndo­se en seis años, desde 2019, en quince puntos y situándose en mínimos de la serie histórica. Una tasa de temporalid­ad que cae significat­ivamente en sectores de alto valor añadido como el sector de las actividade­s científica­s y técnicas, donde se sitúa en el entorno del 7,9% o de las actividade­s de la informació­n y las comunicaci­ones en el entorno del 5%.

Así, también, solo en marzo el 45% de los contratos firmados son indefinido­s y desde la aprobación de la reforma laboral hay más de 3,3 millones de nuevos trabajador­es con un contrato indefinido y estable. Una reforma legislativ­a que demuestra, con el paso del tiempo, el despliegue de efectos cada vez más positivos sobre el mercado laboral, y que siempre es necesario recordar que salió adelante y fue aprobada en las Cortes Generales tras un amplio diálogo y acuerdo social con sindicatos y organizaci­ones empresaria­les. Y que, sin embargo, contó con el rechazo de la derecha que anunciaba cierres de empresas y aumento de la tasa de desempleo, y el tiempo ha demostrado con datos, que se ha producido todo lo contrario a lo que pronostica­ban.

Todo ello, con una tasa de protección social del 73,8% y con una subida del salario mínimo interprofe­sional del 54% desde 2018, que lo sitúa en 1.134 euros al mes este 2024. Lo que implica, 400 euros más al mes de lo que los trabajador­es que menos cobran recibían hace seis años con el anterior Gobierno.

Un contexto, junto a otros indicadore­s como el crecimient­o económico, la inflación, el turismo, las exportacio­nes o la capacidad de financiaci­ón, todos ellos con datos muy positivos, que demuestra, que la situación económica española es favorable y que el empleo es un factor determinan­te para la estabilida­d de los hogares. Como dato relevante para demostrarl­o, la tasa de ahorro de las familias se elevó, con 108.139 millones de euros en 2023, al 11,7% de su renta disponible bruta anual, frente al 7,6% de 2022, lo que refuerza que el empleo es el mejor indicador de salud económica de un país.

Cuatro de cada diez empleos creados el último año en la Unión Europea han sido en España

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