“El sector público tiene muchos retos y este de la transformación digital no puede quedarse atrás”
en términos generales el sector privado suele disponer de más recursos económicos y humanos para realizar la inversión necesaria en tecnologías disruptivas como está ocurriendo ahora con la Inteligencia Artificial, la Administración Pública tiene mucho que aportar y está apostando por ella, aunque está siendo un proceso a dos velocidades. “El sector público tiene muchos retos por delante, uno de los más importantes es el de la transformación digital que tiene que ver con modificar los procesos actuales, simplificándolos, automatizándolos y digitalizarlos”, apuntó la directora general de seguridad, procesos y sistemas corporativos de Adif.
La dificultad que tiene la Administración Pública es que está más regulada, si cabe que el sector privado, y por tanto los cambios que la sociedad reclama que se implementen y estén disponibles de forma acelerada requieren un tiempo de reflexión por el impacto que tiene en la actividad y en el servicio que se presta.
“Las áreas de negocio se sienten rápidamente atraídas por el beneficio que se está vendiendo que aporta la implantación de la Inteligencia Artificial, pero ahora más que nunca, por el impacto que tiene dicha tecnología, es necesario mesura, pensar bien los casos de uso que más aporten al servicio que presta Adif y en los que el gobierno del dato esté asegurado. Además, este despliegue debe ir acompañado de una formación y sensibilización de topara da la organización para aprender a utilizarlo”, destacó la directora general de sistemas, seguridad y procesos de Adif.
Mateo es fiel defensora de que el uso de la inteligencia artificial no va a reemplazar a las personas, ni en el sector público ni en el privado. “Pensar que la IA va a quitar trabajo a las personas es un error. Lo que hay que hacer es identificar aquellos procesos donde la persona aporte menos valor añadido para desplegar la tecnología adecuada”, explicó. Para la experta, el mejor uso de la IA será el que aporta como copiloto en la toma de decisiones, pero siempre supervisado por un humano. Así, además, ayudará a identificar posibles errores y patrones que puedan ser corregidos antes de actuar. “La IA bien gobernada y con la monitorización del modelo adecuado va a generar muchas oportunidades en las empresas. Me gusta compararlo con lo que aporta ponerse unas gafas bien graduadas cuando eres miope, que al ponértelas ves información disponible que antes no podías analizar y que permite capacidad de análisis y cálculo para tomar mejores decisiones que antes no aprovechabas”, apuntó.
Regular no frena la IA
Al contrario de lo que se acostumbraba a pensar, la regulación que está estudiando la UE no va a suponer un freno al desarrollo de la IA, sino una oportunidad de gestionar los riesgos asociados a su implantación. Es una tecnología en continuo cambio y que puede ser alterada, por tanto, requiere vigilancia, así lo cree al menos la directora general de Seguridad, procesos y Sistemas operativos de Adif. “Regular siempre parece un freno, y en una revolución como esta en la que estamos de la IA, es una garantía”.