El euro tendrá motivos para ir hacia la paridad con el dólar
Ambas divisas podrían converger ante los diferentes ritmos al bajar tipos y con crecimientos distintos en cada economía
La Reserva Federal está cargándose de argumentos para aminorar la marcha con sus recortes de tipos. Con una inflación que no termina de caer hasta el objetivo, un mercado laboral potente y una economía más resiliente de lo esperado, el mercado cada vez asume más la posibilidad de que reduzca el ritmo y los tiempos de los recortes de tipos. Esta nueva perspectiva ha creado un destiempo con el BCE que ya está telegrafiando un primer recorte este mes de junio. Esta divergencia está agitando los temores de un escenario que parecía enterrado y que cada vez más analistas creen que puede volver: un dólar poderoso que alcance la paridad con el euro.
Sin embargo, la mayoría cree, a pesar de que producirá un empujón a la baja, que el Viejo Continente cuenta con nuevas armas que están pasando bajo el radar de los mercados. Este nuevo paradigma otorgará al euro la fortaleza suficiente para evitar que se produzca la paridad, incluso con un calendario de los bancos centrales que ahora se vuelve en su contra.
El calendario que ahora estiman los mercados, fraguado dato a dato, ha derivado en un euro cayendo casi un 3% y cambiándose por debajo de los 1,07 dólares.
Desde la consultora Quant tienen claro que el resultado de este desajuste es que hay bastante posibilidad de un retorno a la igualdad. “El euro dólar tiene grandes posibilidades incluso de caer por debajo de la paridad”. De hecho, los analistas se muestran sorprendidos porque “el euro haya aguantado sin caídas durante tanto tiempo”. Respecto a los motivos, el equipo de Quant especifica que “el dólar está ganando fuerza y la economía de EEUU va muy fuerte en relación a la europea, lo que pensamos que puede llevar a EEUU a bajar tipos por debajo de lo esperado”.
Mabrouk Chetouane, jefe de estrategia de Natixis IM Solutions, defiende que el euro se ha estabilizado en un rango de entre 1,05 y 1,11 dólares desde finales de 2023, pero cree que este equilibrio se romperá pronto. “Creemos que tanto las razones cíclicas como estructurales llevarán al euro por debajo de los 1,05” entre los próximos tres y seis meses. En definitiva, no solo es posible esta equiparación, sino que el euro puede llegar a ser más
barato que su par durante un periodo de tiempo, tal y como pasó con la subida inicial de tipos de la Fed, que se anticipó a la del BCE, y provocó que el euro tocase un suelo de 0,97 dólares en octubre de 2022.
Más allá de los tipos, Chetouane defiende que este cambio hacia divisas prácticamente igualadas vendrá de la fortaleza económica de cada uno. “El diferencial de crecimiento entre EEUU y la zona euro es un factor que debería favorecer al dólar a medio plazo”. De hecho, el experto señala que “el crecimiento del PIB previsto para 2024 es del 2,1% para EEUU frente y el 0,7% de la eurozona”. En ese sentido “lo mismo cabe decir del diferencial de crecimiento de los beneficios empresariales de las principales empresas que componen los principales índices regionales de renta variable”. Ambos factores, para el estratega “deberían apoyar al dólar”.
El euro resistirá pese a todo
Peter Kinsella, global head of Forex Strategy (UBP), no está de acuerdo con el resto de los analistas pues piensa que las caídas del euro frente a su par norteamericano deberían ser limitadas debido a datos macro positivos que están pasando bajo el radar. “Observamos una enorme mejora del superávit por cuenta corriente de la zona euro y una tímida mejora de los datos de actividad económica”, explica Kinsella. Dos factores que, según el experto, hacen que “no esperamos movimientos significativos por debajo de los 1,05 dólares”. A pesar de ello, si que reconocen un fortalecimiento del billete verde hasta esos niveles.
Coincide en estas dudas Claudio Wewel, estratega de divisas de J. Safra Sarasin Sustainable AM, que defiende que la situación actual es muy diferente a la que se dio en 2022. “En aquel entonces la caída del euro reflejó una combinación de importantes vientos en contra, con la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania sacudiendo las relaciones comerciales y el tono del BCE. Creemos que algo así no sucederá fácilmente”.