¿CÓMO UNA MOTO?
El presidente del Gobierno asegura que la economía española “va como una moto”. Pero la realidad es otra: España sólo va en bicicleta.
En las dos últimas décadas, España ha ganado más de seis millones de habitantes. Y la inflación acumulada supera el 53%. Esta subida de los precios y de los habitantes explica por qué los datos económicos han aumentado. Sin embargo, la renta y la capacidad de compra de cada uno de los ciudadanos todavía no se han recuperado.
Por ejemplo, la renta por habitante en 2023 fue de 19.200 euros, una cifra idéntica a la de hace casi dos décadas. Esto significa que España no solo no ha recuperado el nivel de vida que había en el pico de la burbuja inmobiliaria, sino que ha retrocedido casi 20 años y la mayor parte de esa caída se explica por el bajo nivel de los salarios. Aunque las retribuciones han crecido casi un 30%, si se observan precios corrientes y per cápita, lejos de subir han caído un 6%.
No todos los países próximos a España están en la misma situación. En el caso de Portugal, la renta disponible ha crecido un 9% y los salarios per cápita, un 17%.
Según el analista Javier Jorrín, “El progreso económico de la humanidad anticipa que España volverá algún día a recuperar el nivel de vida que tuvo en el año 2008. Pero no será en el corto plazo. Sobre todo si se mide el nivel de vida en términos de consumo, la distancia hasta los primeros años del siglo XXI todavía está lejos. En todos los ejercicios desde 2003 hasta 2010 se registraron datos de consumo real per cápita superiores a los de 2023”.
Pues lo dicho, que para que el consumo de los hogares vuelva a estar en el nivel de los primeros años 2000 es necesario que aumenten los salarios y mejore la distribución de la renta.
Y en esas estábamos cuando la semana pasada el FMI hizo público un informe económico sobre España que deja la moto de Sánchez hecha un lío. Veamos.
En lo que se refiere a la reforma de las pensiones, los técnicos del FMI observan una inclinación excesiva hacia las subidas de cotizaciones sociales. Concretamente, advierten: “En el futuro, muy probablemente será necesario adoptar nuevas medidas para asegurar la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones”.
En cuanto a la reforma laboral, “no está claro que haya mejorado la estabilidad y por eso planteamos la necesidad de desarrollar nuevas medidas para aumentar la estabilidad en el empleo y reducir la tasa de paro estructural a niveles de un solo dígito”.
Por lo que se refiere a los topes al alquiler en viviendas, el FMI se muestra pesimista: “experiencias previas sugieren que los topes a los alquileres pueden reducir la oferta de viviendas de alquiler y limitar el acceso de los grupos más marginados”.
Para acabarla de amolar, también el FMI entra en la política:
“La fragmentación política interna podría obstaculizar el desarrollo de las reformas estructurales y la consolidación de las cuentas fiscales, empeorando la confianza empresarial, la inversión el crecimiento de la economía”.
Más claro sólo el agua.
El nivel de vida no ha mejorado, sino que ha retrocedido al nivel que había hace 20 años