Biosimilares, la democratización de los medicamentos
Estos medicamentos, caracterizados por tener un desempeño igual a los medicamentos biológicos originales, están llamados a desempeñar un papel crucial en la democratización de tratamientos avanzados. Su menor coste y su alta eficacia hacen de ellos una so
La búsqueda de nuevas formas de mejorar la salud y el bienestar ha llevado a que la ciencia médica alcance logros enormes en el desarrollo de tratamientos innovadores. Así, enfermedades complicadas como el cáncer o la artritis ya pueden ser tratados con medicamentos seguros y, cada vez más, eficaces. Ahora bien, el acceso a estas terapias a menudo se encuentra limitado por barreras económicas. Aquí es donde entran en juego los llamados medicamentos biosimilares. Un faro de esperanza para lograr la máxima eficacia clínica, logrando al mismo tiempo una mayor accesibilidad para todos. Pero ¿a qué nos referimos con biosimilar y por qué son tan importantes? Básicamente, son medicamentos biológicos equivalentes en calidad, eficacia y seguridad a un medicamento original ya aprobado por la EMA (Agencia Europea del Medicamento). De esta forma, están pensados para tratar enfermedades a través de una dosis y de manera que se administre igual que el producto biológico original. Este biosimilar debe, además, contener una versión del principio activo del producto de referencia.
ASEGURAR SU EFICACIA
El camino hacia la aceptación de un medicamento como biosimilar es riguroso y meticuloso. Antes de que estos puedan llegar al mercado, deben someterse a una evaluación exhaustiva para demostrar su comparabilidad con el medicamento original. Este proceso implica a su vez una serie de estudios, que se sustentan sobre una rigurosa evidencia científico-médica. Aquí, se incluyen análisis comparativos de la estructura molecular, actividades biológicas, farmacocinética (efectos del medicamento en el cuerpo desde que se ingiera hasta que se elimina) y seguridad.
Todo realizado por las autoridades regulatorias correspondientes, siendo en el caso de Estados Unidos la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) y en Europa, la EMA. En cualquier caso, el objetivo principal es demostrar que
las diferencias bioquímicas existentes entre ambos productos no inciden significativamente en el perfil beneficio/riesgo.
El tiempo de este proceso puede llegar a tardar entre 6 y 12 años, lo que habla de las grandes garantías que ofrecen estos productos en calidad y eficacia.
UNIVERSALIZAR LA MEDICINA
La importancia de estos medicamentos radica en su capacidad de democratizar el acceso a tratamientos de vanguardia. Al ofrecer soluciones más asequibles que los medicamentos biológicos originales, los biosimilares pueden ayudar a mejorar la accesibilidad a las medicinas a pacientes de todo el mundo.
Esto cobra gran importancia en el tratamiento de enfermedades crónicas o graves, donde el acceso a estos tratamientos efectivos puede marcar la diferencia entre superar o no la enfermedad. Actualmente, pueden emplearse para tratar diversas enfermedades de la piel, como la psoriasis; enfermedades intestinales, como la enfermedad del colon; la diabetes, afecciones renales y un largo etcétera.
Pero, más allá de esto, la introducción de biosimilares en el mercado puede fomentar la competencia y la innovación, lo que a medio-largo plazo ayuda a que exista una mayor variedad de opciones terapéuticas y seguir mejorando la calidad de la atención médica.
De esta forma, apostar por los productos biosimilares se ha convertido en uno de los grandes hitos de la medicina, no solo por su capacidad de ofrecer tratamientos de la más alta calidad, sino también porque pueden ofrecer una mejora en la vida de millones de personas en todo el mundo.
El tiempo de aprobación de un biosimilar puede llegar a tardar hasta 12 años