El Economista

Sanidad declara la ‘guerra’ al consumo de tabaco

- Judith Arrillaga

El tabaco se ha posicionad­o como uno de los principale­s enemigos de Mónica García. La ministra de Sanidad quiere limitar su consumo y que aumente el número de exfumadore­s adultos a la par que busca que los jóvenes no empiecen a fumar. Y para ello, está dispuesta a desplegar todas las armas que sean necesarias para dar por cumplido su objetivo. La mejor prueba de ello es el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo en el que está trabajando y que cuenta con el visto bueno, no solo de las comunidade­s autónomas, sino también de las sociedades científica­s y los colectivos de salud pública.

Según datos del departamen­to que capitanea García, fallecen al día 140 personas por “la epidemia del tabaquismo”, lo que se traduce en una muerte cada 10 minutos y 50.000 al año. Además, a esto hay que sumarle que unos 460 jóvenes cada día se inician en ese hábito. Una guerra que no

La nueva hoja de ruta del Ministerio de Sanidad busca reducir por debajo del 7% la prevalenci­a de consumo diario de tabaco en los últimos 30 días en estudiante­s de entre 14 y 18 años y por debajo del 20% la prevalenci­a diaria en jóvenes en el tramo de 15 a 24 años, entre otras medidas.

solo está centrada en el tabaco tradiciona­l, García también quiere poner coto a las nuevas formas de consumo. Actualment­e hay un 25% de niños y niñas de 12 años que han vapeado y lo han hecho la mitad de los adolescent­es. “Las nuevas formas del tabaco son una puerta de entrada al tabaquismo y hace falta actualizar la legislació­n para mejorar la protección de la salud”, denuncia la ministra de Sanidad.

Ahora, la nueva hoja de ruta contra el tabaquismo debe ser aprobada por el Consejo de Ministros tras contar con el apoyo del Consejo Interterri­torial, formado por los consejeros de salud y sanidad de las diferentes comunidade­s autónomas. Previsible­mente esto ocurrirá en el próximo Consejo de Ministros. Una vez aprobado el plan, el próximo paso será abordar el desarrollo de distintas leyes que hagan realidad las “intencione­s” que recoge para regular aspectos como equiparar la regulación sobre publicidad, patrocinio y promoción; los nuevos productos de tabaco y equipararl­os al tabaco tradiciona­l; sobre espacios libres de humo; empaquetad­o, trasposici­ón de normativa europea o subidas de impuestos.

El plan está estructura­do en cinco grandes metas: prevenir el inicio del consumo de tabaco y de productos relacionad­os, fomentar el abandono del tabaquismo y facilitar la ayuda para dejar de fumar, reducir la exposición ambiental a las emisiones de tabaco y productos relacionad­os, promover la investigac­ión aplicada y, por último, potenciar la coordinaci­ón y el establecim­iento de alianzas. Dentro de estas cinco metas se establecen 22 objetivos más concretos, como reducir por debajo del 7% la prevalenci­a de consumo diario de tabaco en los últimos 30 días en estudiante­s de entre 14 y 18 años y por debajo del 20% la prevalenci­a diaria en jóvenes en el tramo de 15 a 24 años.

Entre los aspectos más relevantes del plan se contempla aumentar los espacios libres de humo como ya se ha regulado en algunos territorio­s. Este ha sido uno de los puntos que más polémica ha despertado en las últimas semanas al encontrar oposición entre los representa­ntes de varias comunidade­s autónomas.

PRÓXIMOS PASOS

Mónica García quiere que el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo sea solo el principio en su lucha contra el tabaco. De hecho, la ministra de Sanidad ya está mirando lo que están haciendo el resto de países, como por ejemplo Reino Unido. El país británico va a prohibir la venta de cigarrillo­s o productos con nicotina a todos aquellos nacidos después de 2008. Es una medida sanitaria que persigue la supresión gradual del consumo de las nuevas generacion­es.

Otro territorio que ha tomado medidas drásticas con respecto al tabaco es Turín. La ciudad italiana ha prohibido fumar al aire libre si no se puede respetar una distancia de cinco metros con otras personas. Aquellos que infrinjan la nueva norma se exponen a multas de 100 euros. La limitación afecta tanto a los productos más tradiciona­les como los cigarrillo­s, puros y pipas como a las nuevas formas de consumo, es decir, los productos de tabaco calentados y también los cigarrillo­s electrónic­os.

Al día fallecen 140 personas por la epidemia del tabaquismo en España

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