Los obstáculos que desaconsejan formular una opa hostil
El contundente comunicado de Sabadell limita las opciones a que cualquier contraoferta pueda considerarse amistosa. ¿Triunfaría una propuesta así? Se trata de una cuestión que ha sobrevolado estos días sobre la insólita fórmula elegida por BBVA por plantear su interés sin negociar previamente con la cúpula del banco y revelando todas las condiciones al mercado en una carta dirigida a su consejo de administración.
La fórmula, que puede resultar habitual en mercados anglosajones, no es usual y mucho menos en banca. De hecho, la convicción entre expertos y fuentes consultadas del sector financiero es que BBVA no forzará una situación así cuando, además, en banca solo hay un precedente a este recurso y no resultó exitoso. En 1987 el entonces Banco Bilbao (hoy en el germen de BBVA) lanzó la ofensiva sobre Banesto (grupo Santander) por la falta de acuerdo para fusionarse y un tribunal lo vetó por entender, en aquella operación, que no se podía lanzar una oferta mediante el canje de acciones.
A esa falta de tradición se suman otros obstáculos como el devenir político. A pesar del guiño de BBVA a Cataluña con la promesa de mantener allí una de las sedes operativas, las reacciones han sido negativas. La consejera de Economía, Natàlia Mas, calificó de “buena noticia para Cataluña” el rechazo del Sabadell, defendiendo que la región precisa más bancos no integrarlos. Y Foment, patronal que aglutina al empresariado regional, se alineó con la defensa de la cúpula del banco.
Desde las filas del Consejo de Ministros, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, alertó de que una fusión así se traduciría en un ERE (ajuste de empleo) y una concentración que entraña “un riesgo sistémico”.
“Si fracasa sería además incómodo cuando tienen que verse las caras en AEB”, añaden otras fuentes. Sin dejar de ser competidores feroces en lo que respecta al negocio, hoy los bancos deben entenderse en muchas cuestiones que afectan a la industria como fijar posiciones frente a la prórroga del impuesto extraordinario, la negociación del convenio sectorial con sindicatos o en serios desafíos que involucran al sector como combatir los ciberriesgos.