MEZCLA DE ESTILOS
¿Base clásica y un look moderno? Sí, es posible. Este piso en Bilbao nos enseña a lograrlo con delicadeza y elegancia
LasLas molduras y la librería del salón. Son lo único que se pudo conservar de este céntrico piso de Bilbao. La decoradora Sandra Vergara lo ha reconvertido en un hogar acogedor y moderno, sin renunciar a su esencia señorial. “Era básico para los propietarios, una pareja joven, tener una zona de día amplia donde reunirse con amigos y familiares cuando vienen de visita a Bilbao”, explica la decoradora. Así que tocaba derribar tabiques para aprovechar los metros: en la zona de día dijeron adiós a
tres habitaciones. Fue la manera de ganar este espacio diáfano para el salón, el comedor y un escritorio. “Donde lo ves, debía ir cerrado con un acristalamiento, pero al final lo dejamos abierto. Precisamente para separarlo del salón comedor, lo enmarqué con esa pared verde. Logras un doble efecto: amplías el espacio y das entidad propia al despacho, que queda separado visualmente del resto”, explica. Resuelta la zona de día, el gran reto al que se enfrentó Sandra fue cómo integrar un aseo en el recibidor sin romper el juego de molduras del techo. “Era problemático, pero al final ideamos un tabique que no llega hasta el techo, así no afecta a las
molduras originales. Para ocultar la puerta, la revestimos con las mismas molduras decorativas con las que plafonamos la pared. Cerrada, ¡ni se ve!”, comenta. Desde las molduras, hasta las lámparas como la del comedor o el office, el juego entre lo moderno y lo clásico se repite en toda la decoración, con la que Sandra ha buscado equilibrar las dos almas de este piso. Otro ejemplo, la butaca del salón: “Aunque es un diseño actual, el terciopelo le da esa elegancia clásica”, resume. También en la cocina vemos ese mix de estilos, con una encimera de piedra natural y un mobiliario con cuarterones y un punto clásico que conecta muy bien
EN EL OFFICE
Mesa de Ondarreta y sillas de Crisal. Lámpara de Another Lamps. Mantel de Filocolore y cuenco de Bazar Decoración.
con las molduras del salón, mientras que el office es más actual. Para darle un extra de calidez, “porque las cocinas hay que tratarlas con mucha delicadeza para que no parezcan laboratorios”, Sandra ha revestido las paredes con un papel pintado con efecto textil.
Ya en el dormitorio, se han recuperado las molduras para la pared del cabecero, con un panelado que recuerda al recibidor. Unas molduras presentes, también, en el vestidor, con esos armarios que aprovechan el pasillo, “pero esta vez son modernas”. Y no es casual, porque toda la decoración baila con ese son entre lo clásico y lo moderno. ¡Genial!