El Mueble

CÓMO ILUMINAR TODA LA CASA

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La mejor iluminació­n estancia por estancia.

Desde cómo planificar las luces de cada estancia hasta cómo elegir los leds. Te damos todas las claves para ¡al fin! iluminar bien tu casa

Pensar qué actividade­s llevas a cabo en el salón (leer, ver la tele...) te dará las claves para saber cómo y dónde iluminarlo.

Es el primer paso, poner una luz que ilumine de forma homogénea el salón. La opción más actual son los focos empotrados en el techo. "Se recomienda­n leds de un mínimo de 7 w y separados unos 140-150 cm. Ten en cuenta que a mayor altura de techo, necesitará­s más potencia de luz", nos explica Úrsula Sobenes, de Años Luz.

Puedes poner lámparas de sobremesa junto al sofá o una de pie en el rincón de lectura. En este caso, mejor de brazo orientable para dirigir la luz.

puedes iluminarlo­s con ilumina cuadros, unos apliques especiales en paralelo al lienzo. Sirven también de agradable luz ambiental.

El salón es un lugar de encuentro y relajación, por lo que debes buscar una iluminació­n cálida, de unos 2.700 ºK. Hay leds ultracálid­os de 1.600ºK que simulan la luz de una vela.

La cocina es un espacio de trabajo, donde lo importante es ver bien los alimentos. Por tanto, la iluminació­n debe ser potente –de unos 15 w– y más técnica. El objetivo es que la luz llegue a toda la cocina. No debe producir sombras ni de los muebles, ni de los alimentos. Las luces pueden ir empotradas o ser lámparas colgantes, pero lo importante es evitar las sombras. Colócalas cada 120 cm como máximo, a lo largo y ancho del techo.

Lo mejor y lo que se está aplicando en las cocinas nuevas es iluminar la encimera con una tira de leds instalada bajo los armarios altos. Es una luz de unos 5-9 w/ml y algunas cocinas ya las incluyen empotradas en sus armarios.

Si tu cocina no tiene falso techo, las lámparas de superficie son las más adecuadas. Las colgantes son una opción decorativa, aunque debes procurar que estén altas y tengan pantallas abiertas, para que la luz que recibes ibes sea la óptima.

Unas lámparas aras suspendida­s darán caliogar calidez y sensación de hogar a la cocina. Si colocas s varias, vasepárala­s vasepárala­s unos 60 0 cm.

En la cocina se tiende a una luz más fría –sobre unos 3.000ºK–, para ver bien los alimentos. Si la cocina está abierta a la zona de día, lo ideal es unificar la temperatur­a de color con la del resto de la casa. Así evitarás saltos visuales.

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La manera más habitual es con una o varias lámparas suspendida­s, según el tamaño de la mesa y de la lámpara, y a unos 60-80 cm respecto a la superficie de la mesa.

"Es básico elegir la mesa antes que la lámpara, porque deberás dirigir la luz sobre ella de forma puntual. No es lo mismo si esta es redonda, que agradecerá una lámpara de líneas redondeada­s, que si es rectangula­r", nos explica Jordi Alella, de Kripton. "En mesas grandes – de más de 150 cm de largo– es mejor poner más de una luminaria de techo, porque lograrás una iluminació­n más uniforme y sin sombras, que es lo básico en la mesa del comedor", añaden desde Años Luz.

Si el comedor es amplio, además de la luz sobre la mesa, necesitará­s puntos de apoyo. Puedes poner focos empotrados, lámparas de mesa en un aparador, o apliques, con luz tenue en la pared.

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El objetivo en el dormitorio es que invite al descanso. Para ello, cuando pongas iluminació­n general, debes evitar una luz cenital sobre la cama, porque te deslumbrar­á estando tumbada y será poco agradable. Lo mejor es una iluminació­n zonal que destaque elementos escogidos: vestidor, cama, mesillas...

Puedes hacerlo con una tira de leds integrada en el cabecero, que creará un efecto muy agradable. Otra posibilida­d son luminarias suspendida­s sobre la mesilla, de sobremesa o apliques. Mejor con pantalla, para que no deslumbren. Para leer en la cama, elige un diseño direcciona­ble.

Puedes iluminar tu ropa desde el interior, con leds integrados. También desde el exterior, con una luminaria lineal que abarque todo el ancho del armario. Otra posibilida­d son focos empotrados o de superficie, orientados hacia las puertas. Debes calcular uno por cada cuerpo.

Es una zona de paso, por lo que no necesitas gran intensidad de luz. Con poner unos 150-200 lux es suficiente, nos explican desde Kripton Iluminació­n.

Para iluminar el pasillo, lo más habitual son los focos empotrados. Si son orientable­s, podrás iluminar algo que quieras destacar de las paredes. Colócalos cada 100-150 cm. Otra opción que ofrece una luz indirecta difuminada muy agradable son las linestras de leds empotradas en la pared. Si buscas un efecto más decorativo, puedes instalar un lineal de leds que recorra de manera continua todo el pasillo.

Sírvete de la iluminació­n para modificar el espacio. Si tu pasillo es largo y estrecho, puedes sobredimen­sionar la iluminació­n y parecerá más amplio. Y si diriges luces indirectas hacia el techo, parecerá más alto.

Lo importante es evitar sombras sobre el rostro cuando te maquillas o te miras en el espejo. Para eso, lo ideal es iluminar el espejo de manera frontal, con luces tipo camerino, es decir, con dos apliques a cada lado. Es clave que sean dos luces, porque las sombras que genera una quedan compensada­s por la otra. Si no es posible, puedes iluminar el tocador con un aplique sobre el espejo.

Otra opción es la iluminació­n en el techo con focos empotrados. En este caso, es básico que calcules que el foco quede en un punto medio entre la persona y el espejo, para evitar las sombras.

La luz debe ser lo más parecida a la del Sol, sobre todo en la zona del espejo. Apuesta por leds de unos 3.000ºK y con alto Índice de Rendimient­o Cromático (desde 85-90 IRC), porque reproducen mejor la luz natural.

De techo, de pie o de sobremesa. Aquí tienes nuestra selección de 35 lámparas para toda tu casa

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