COMO VIVIR EN LA PLAYA
Con vistas al pantano de San Juan y rodeada de naturaleza, esta casa madrileña tiene espíritu mediterráneo y look de campo.
Estamos en Madrid, pero no lo parece. Porque esta casa junto al pantano de San Juan es ideal para las vacaciones. Está rodeada de naturaleza y dentro de casa también se disfruta y se siente. Tanto los materiales, como los colores, son muy naturales. Es Madrid.Pero aquí sí hay playa
ZONA DE ESTAR Sofás, butacas y sofás de aluminio y cuerda de Point. Sobre la mesa, bandeja rizada de Catalina House. Plantitas de Sacum.
EL COMEDOR Mesa y bancos diseño de LEdesign4U. Colchoneta de Les Créations de la Maison. Sillas de Tine k Home.
EN EL RETRATO Las interioristas Elena Llorente y Loreto Prieto de LEdesign4U. La mesa de madera al natural es un diseño suyo.
VayaVaya vaya, aquí no hay playa” es una de esas canciones que en Madrid sigue sonando y que aun hace suspirar a los madrileños. Pero aunque en la capital no hay mar, sí hay un pantano que puede parecerlo, el de San Juan. Desde la piscina de esta casa se disfruta de su visión azul y reparadora. ¿La intención cuando la decoraron? Un espíritu mediterráneo, a pesar de estar en la Comunidad Madrid, y un look de campo, gracias a la naturaleza. “Es una zona protegida, aquí reina el silencio”, nos cuenta Vico, la propietaria. La casa es de los años 60, pero fue reformada en 2020 por las interioristas Elena Llorente y Loreto Prieto. Ellas han trabajado codo con codo con la dueña para
conseguir que su segunda residencia fuera muy confortable, sin perder de vista un aire natural. “Queríamos la comodidad de un hotel, porque es una casa donde venimos a descansar, pero con el cariño de un hogar”, nos explican. ¿La parte de la casa que puede recordar a un hotel? Desde luego, la piscina infinita, el comedor exterior y las tumbonas de bambú donde tomar el sol y descansar. “Disfrutamos mucho el porche. Nos gusta mucho para desayunar, porque el sol amanece por aquí”, nos comenta Vico. “Queríamos integrar la casa con el entorno y que tuviera un equilibrio de estilos”, explican las interioristas, y, dentro, apreciamos la mezcla de un toque mediterráneo con detalles urbanos. Por ejemplo, en el salón, las butacas clá
sicas, los sofás en tono piedra y la chaise-longue heredada y retapizada conviven con alfombras de fibras y una estantería de obra.
Desde los muebles hasta el mismísimo techo, querían algo muy natural: “El techo fue un gran reto. Está formado por más de 7.500 palitos de bambú que colocamos a dos niveles en un dibujo en diagonal diseñado para la ocasión”, detallan las interioristas. “Es como si tuviéramos un porche interior, una estupenda manera de disfrutar de la naturaleza dentro de casa”, confirma Vico. ¿Otro truco para abrir el salón al exterior? Los enormes ventanales acristalados. “Este paisaje es el mejor cuadro que podríamos tener”, cuenta la interiorista. En el comedor, una mesa para 14 comensales y sillas de fibras natu
rales es “perfecta para las vacaciones y los momentos de ocio. Queríamos dar la sensación de estar en un restaurante a pie de pantano”, explica Elena. Como contraste, en los dormitorios nos encontramos con un toque de modernidad, aunque sin perder de vista la calidez que da la madera. El cabecero parece de madera, pero es un porcelánico. “Cero mantenimiento”, presume la propietaria. Las lámparas colgantes quedan urbanas y actuales, rasgos que vemos también en el baño, gracias a la grifería, el espejo y el perfil de la mampara, todo en un color negro muy chic. Hay tradición y modernidad, porque las interioristas han combinado azulejo y microcemento en un juego de texturas. Terminamos ya la visita, como si estuviéramos de vacaciones en Madrid.
EL CABECERO PARECE DE MADERA, PERO ES UN GRES PORCELÁNICO MUY RESISTENTE QUE DA CALIDEZ AL DORMITORIO