La ilusión de una vida en apenas 99 segundos
Jasmin Paris, primera mujer en acabar una de las pruebas más duras del mundo
«En el último kilómetro estaba desesperada por parar y caminar, pero sabía que no podía hacerlo o no lo lograría». Esa frase de Jasmin Paris, una ultra corredora de 40 años que ha hecho historia en la Barkley Marathon, es la que define perfectamente el reto mental y físico que tiene esta prueba de ultra trail.
Paris consiguió completar esta carrera en 59 horas, 58 minutos y 21 segundos. La primera mujer que lo logra en un evento que se celebra desde 1985 y que sólo han acabado otros 19 seres humanos desde que se amplió a 100 millas (160 kilómetros) en 1989. Todos hombres. 99 segundos más tarde y no lo hubiera logrado. Ese pensamiento fue el que le hizo continuar para no tener que «empezar todo de nuevo».
«Los últimos 100 metros no podía ver nada, estaba todo borroso», cuenta la británica, habitante de Midlothian (Escocia), que tuvo que recorrer cinco vueltas de 32 kilómetros con un desnivel de unos 18.000 metros, una distancia similar a subir dos veces el Everest desde el nivel del mar. La carrera se desarrolla en el Parque Estatal Frozen Head del estado norteamericano de Tennessee, con un recorrido que cambia cada año.
De hecho, los participantes deben encontrar entre nueve y 14 libros en todo el itinerario de los que arrancan una página para demostrar que han completado todas las partes del mismo. Lo hacen por un terreno inhóspito de zarzas y montañas. Los brazos de la británica, completamente inundados de arañazos, son una buena muestra de ello. «Es como si te estuvieran cortando en un loop sobre las mismas cicatrices», contó la británica a BBC News. Para rematar, en el recorrido sólo hay dos puntos de hidratación.
Jasmin Paris llevaba tres años intentando terminar una carrera en la que sólo participan 35 corredores al año y en la que conseguir plaza es una auténtica casualidad del destino. Debes tener la suerte de que respondan una especie de pésame a tu mail de inscripción. De hecho, por seguir con esa incertidumbre incentivada por uno de sus creadores, Gary Lazarus Lake Cantrell, ni siquiera se conoce la hora de inicio de la misma, sino que la prueba empieza cuando Cantrell se enciende su famoso cigarro, una hora después del toque de una corneta. Una locura.
La idea de este evento parte de Cantrell y de su socio, Karl Henn, a raíz de la fuga de James Earl Ray, el
asesino de Martin Luther King Jr, de la penitenciaría estatal de Brushy Mountain en 1977. El reo consiguió eludir a la justicia durante 50 horas en las que se alejó unos 20 kilómetros de la prisión. Cantrell ha dicho en alguna ocasión, con bastante sorna, que él podría haber realizado 100 millas (160 kilómetros) en ese tiempo. Y ahí nació todo.
Jasmin Paris tardó algo más, pero consiguió una meta personal tanto para ella como para «todas las mujeres del mundo», según admitió, y no sólo las corredoras. Dice que esto puede ayudar a cualquier mujer que quiera realizar algo y no encuentre la confianza para hacerlo. «La idea de inspirarlas para creer en ellas es gigante y especialmente a las más jóvenes, a las que es complicado conseguir que se interesen en los deportes», confesó después, cuando todos los micrófonos la apuntaban como la gran estrella de la prueba.
Paris es, además, madre de dos niños, y la crianza de uno de ellos fue otro de los hechos que la hizo entrar en los libros de historia. En 2019, la deportista batió el récord de la Montane Spine Race, otra de las carreras más duras del mundo, tras aprovechar los parones de avituallamiento para extraerse leche para alimentar a Rowan, su bebé de 14 meses. Recorrió 430 kilómetros en 83 horas, 12 minutos y 23 segundos, rebajando en 12 horas el récord de la prueba tanto masculino como femenino.
El libro de historia de esta veterinaria e investigadora de la Universidad de Edimburgo sigue abierto. Su idea es seguir con retos como la carrera por los picos de las islas escocesas en mayo (160 millas por mar y 60 por montañas) o el Tor de Geants (330 kilómetros en 150 horas) en Italia en septiembre. Hasta entonces se conforma con recoger a sus hijos de la guardería y descansar.