Un ‘votante’ de Rubiales a la sombra de su padre
Jorge Vilda (Madrid, 1981) se ha aferrado a un puesto que no hace más que tambalearse por las continuas críticas de las futbolistas. Un puesto que, después de siete años, es su casa. Como la Federación, su hogar desde sus primeros pasos en el banquillo. Nunca ha salido de ahí. Y quizás ahí residen algunas de las claves de este conflicto.
La vida profesional de Vilda está ligada a la de su padre, Ángel, preparador físico del Barcelona de Cruyff, del Atlético de Aragonés y del Madrid de Heynckes. En 2010, y aprovechando la presencia de su padre en las inferiores del fútbol femenino de la Federación, dio el salto a la sub’17. Ahí lo bordó: dos Eurocopas, un subcampeonato del mundo... En 2014 sustituyó a su padre en la sub’19 y en unos meses asumió la absoluta tras la dimisión de Ignacio Quereda.
Desde entonces, el fútbol femenino español y la selección en particular no han dejado de crecer, aunque no ha superado los cuartos de final en los tres campeonatos que ha disputado.
Su mayor polémica no futbolística fue apoyar a Rubiales antes que a Larrea cuando las informaciones apuntaban a que votaría al expresidente. Una circunstancia que ahora, con Vilda convertido en seleccionador y director deportivo, no pasa desapercibida para sus críticos.
Las futbolistas se quejan de su poca experiencia, creen que sus métodos son antiguos y que después de siete años en el cargo, la selección necesita un cambio para seguir creciendo.