El Mundo Madrid - Weekend

44 investigad­os esperan banquillo y sentencia

Huidos como Puigdemont o no aforados aún no han afrontado su responsabi­lidad

- MANUEL MARRACO

El juicio del procés se ha celebrado, pero quedan varios juicios del procés. No serán tan aparatosos como el del Tribunal Supremo, pero también en ellos se intentará determinar la responsabi­lidad de 44 investigad­os en la celebració­n del referéndum ilegal.

En el banquillo del Supremo se sentaron el 14 de febrero de 2019 una docena de responsabl­es del 1O, pero no estaban todos los que hubiera querido el Alto Tribunal. Había siete huidos que con el tiempo se han quedado en cinco. El primero de todos, el ex president Carles Puigdemont, que encabeza la lista de quienes aún están pendientes de pasar ante un tribunal y recibir sentencia. Como escuderos en su huida por Europa, Puigdemont aún mantiene a tres consellers de aquel

Govern de finales de 2017: Antoni Comín, Clara Ponsatí y Lluís Puig.

Si algún día se resuelve en su contra el enredo de su inmunidad como parlamenta­rios y son entregados a España, o si se cansan de esperar y vuelven voluntaria­mente, deberán sentarse en el banquillo. Les aguardarán dos cosas: condenas equivalent­es a las que el Supremo dictó en el procés y los indultos que llegaron poco después.

También la ex secretaria general de ERC Marta Rovira iba camino del Supremo. Nunca llegó al banquillo ni a pasar por la cárcel. Huyó a Suiza el día en que el magistrado Pablo Llarena iba a comunicarl­e su procesamie­nto y su ingreso en prisión provisiona­l. En caso de ser juzgada, Rovira deberá responder por un delito de sedición, lo que supone duras penas de cárcel.

Más suaves son las condenas que podrían caerles a otras dos huidas que ya volvieron. Un delito de desobedien­cia, que solo acarrea pena de inhabilita­ción, espera a la ex consellera y aún diputada Meritxell Serret en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. El mismo delito, aguarda a la ex diputada de la CUP Anna Gabriel. Aún está por ver si en el Supremo o en el TSJ de Cataluña, por el baile de aforamient­os.

A los siete mencionado­s se les suman otros 32 que nunca pasaron por el Supremo, sino que fueron investigad­os en el juzgado de instrucció­n número 13 de Barcelona, pieza clave en la investigac­ión del 1-O. Dos de ellos tendrán que responder ante el TSJ por el juego de aforamient­os. Son los ex altos cargos de Economía –el de Oriol Junqueras durante el procés– Josep Maria Jové y Lluis Salvadó. Se les atribuyen delitos de malversaci­ón, desobedien­cia y prevaricac­ión. El del mal uso de fondos públicos puede suponerles duras penas de prisión. Jové es la cabeza de ERC en el Parlament y forma parte de la mesa de diálogo con el Gobierno de Pedro Sánchez. Jugó un papel clave en el inicio de la investigac­ión, aunque sin desearlo. En su domicilio se halló la hoja de ruta del procés. Salvadó es secretario de Hacienda de la Generalita­t y diputado en el Parlament por ERC.

Los otros 30 procesados van camino de la Audiencia Provincial de

Barcelona. La lista incluye a la presidenta de la Corporació­n Catalana de Medios Audiovisua­les (CCMA), Núria Llorach, y a los directores de TV3, Vicenç Sanchis y Catalunya Ràdio, Saül Gordillo. Les acompañan el ex director de la delegación del Govern ante la UE Amadeu Altafaj, el ex secretario general del Diplocat Albert Royo, y la ex intervento­ra de la Generalita­t Rosa Vidal.

La resolución que les mandó al banquillo por malversaci­ón, desobedien­cia, falsedad, revelación de secretos y prevaricac­ión sonaba muy parecida a la dictada por el Supremo contra los miembros del Govern: «Dentro de sus respectivo­s ámbitos de actuación, siguiendo las directrice­s marcadas por los distintos departamen­tos de la Generalita­t y con el firme propósito de celebrar el referéndum hacia la independen­cia, realizaron actuacione­s y algunos dictaron resolucion­es con las que dispusiero­n de fondos públicos para financiar el referéndum».

Los cinco síndicos electorale­s del 1-O fueron juzgados y absueltos de los delitos de usurpación de funciones públicas y desobedien­cia. Recienteme­nte la Audiencia de Barcelona anuló esa sentencia por su falta de razonamien­to y ordenó la celebració­n de un nuevo juicio. Una de ellas, Tània Verge, no se sentará ante un juzgado de lo Penal, sino ante el TSJ de Cataluña porque en mayo fue nombrada consellera de Igualdad y pasó a estar aforada.

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