«Dudar de nuestras emociones es un poder»
PREGUNTA.– ¿El cerebro es un órgano profundamente maleable? RESPUESTA.– El cerebro es mucho más maleable de lo que pensamos, y además lo es siempre. Sabemos que el cerebro cambia mucho cuando somos niños, es algo que todos intuimos y esa intuición es correcta. Pero todos tenemos también la intuición de que a medida que pasa el tiempo el cerebro se vuelve más rígido y tenemos mucha menos capacidad de aprender, de cambiar cosas. Y esa, como tantas otras intuiciones, está equivocada.
El cerebro es el órgano con el que
pensamos. ¿Se equivoca con frecuencia? R.– Claro que se equivoca. El cerebro es una máquina de predecir, tiene que anticiparse a lo que va a suceder para que reaccionemos. Cuando se conoce por ejemplo a una persona, en 200 milisegundos saca una conclusión sobre si esa persona es confiable o no, sobre si trabajaría o no con ella, sobre si le resulta atractiva o no, sobre si te irías de copas con ella o no… En un instante, y sin saber nada de la otra persona, el cerebro llega a todas esas conclusiones.
P.– ¿Y por qué el cerebro no se toma un poco más de tiempo?
R.– Porque tenemos que resolver muy rápido, uno tiene que decidir si se va con esa persona o no, si se sube a ese autobús o no, si toma ese camino o el otro… En general todas esas decisiones que tomamos, que son decisiones vitales, las tomamos en la oscuridad, sabiendo muy poco. Pero muchas veces, indefectiblemente, esas conclusiones precipitadas son erróneas.
P.– ¿Qué podemos hacer para que el cerebro no nos boicotee?
R.– Sí. Cuando dices por ejemplo «He pensado que tengo que cambiar de trabajo», ¿qué ha pasado en el cerebro para llegar a esa conclusión? Lo que pasó fue una conversación, una conversación de las muchas voces que uno tiene: la de la motivación, la que dice que estoy cansado y quiero hacer otra cosa, la del miedo que te dice que tienes un trabajo seguro y que mejor no cambiar, la voz lejana de alguien que una vez te dijo que quería que tú fueses algo, o tú mismo que te dijiste que querías ser algo y eso quedó resonando en tu mente… Pensar siempre es conversar.