CLAMOR CONTRA LA “DESIDIA” EN EL ‘CASO DÉBORAH’
La familia de la joven denuncia la “negligencia” policial en una investigación que dura dos décadas
Hace pocos días aparecieron nuevas pruebas en sede policial
El entorno de Déborah “alucina”, pues el caso prescribió el pasado mayo
Déborah Fernández-Cervera desapareció el 30 de abril de 2002 tras salir a hacer deporte por la playa de Samil, en Vigo. Su cadáver fue localizado diez días más tarde en O Rosal, a 40 kilómetros, desnudo en una cuneta, cubierto de hojas secas y con semen colocado post mortem para simular una violación. Tenía 22 años. Desde entonces, su familia lucha incansablemente por saber qué le ocurrió, pero no para de encontrarse obstáculos que les hacen pasar de la «incredulidad» a la «indignación» y la convicción de que «no existe Justicia».
El último capítulo de sus 20 años buscando «la verdad de lo que le ocurrió» lo ha escrito un oficio de la unidad de la Policía Nacional encargada de la investigación. El 5 de septiembre comunicó que había aparecido «un legajo desconocido hasta la fecha» con efectos y documentación referentes al caso. Un teléfono móvil sin tarjeta SIM, cintas de vídeo, fotografías y oficios policiales que no se sabía que existían fueron localizados a raíz de unas obras en las dependencias de la UDEV Central en el Complejo Policial de Canillas, en Madrid.
Con el fin de las obras se inició un proceso de digitalización de la documentación de la Sección de Homicidios y Desaparecidos y, junto a documentación relativa a otros asuntos antiguos, aparecieron estas pruebas. Su hallazgo ha llevado al equipo legal de la familia, que ejercen Ramón e Ignacio Aguado, a solicitar a la juez del Juzgado de Instrucción número 2 de Tui la retirada del equipo policial encargado desde 2002 de la investigación. «No puede seguir ni un segundo más interviniendo en este procedimiento», porfían.
El enojo del equipo legal no es nada comparado con el de su familia. «¿Cómo estamos? Alucinando. Las negligencias hasta ahora han sido aberrantes y ahora tenemos la demostración tácita de que no hubo ningún rigor», responde en conversación con EL MUNDO su hermana, Rosa, muy crítica con la Policía y con la «desidia» de la juez y el fiscal del caso, que desde 2019 tan solo ha pedido una diligencia, una declaración testifical que «no ha llevado a ningún lado».
La investigación permaneció parada durante años, se archivó en el juzgado entre 2010 y 2019 y, sprint
“Todo lo que se ha averiguado lo ha averiguado la familia”, lamenta la hermana de Déborah