El Mundo Madrid - Weekend

LA DESESPERAC­IÓN DE PAUL, EL ENANO CANCELADO EN LAS VENTAS

La Comunidad alegó falta de interés en el público para suspender el festejo taurino

- JUAN DIEGO MADUEÑO

Paul Antonio Miraflores no quiere fotografia­rse en chándal. Pasar el sábado con los hijos en el parque ocupa su día. No dispone del tiempo suficiente para acudir a la cita con el fotógrafo. Prefiere dar una imagen coqueta, elegante, depurada. Es operador de productos farmacéuti­cos en Derma y torea. Considera que los enanos «adscritos a las fundacione­s» confirmarí­an sus prejuicios sobre los enanos toreros si aparece ataviado de finde. Paul tiene 30 años, llegó a España desde Ecuador hace 22 y es uno de los pequeños, como así se llaman entre ellos los profesiona­les que sufren acondropla­sia, enrolados en El Popeye torero.

La Comunidad de Madrid suspendió el miércoles la función del Popeye programada en la Feria de Otoño. El nuevo pliego de contrataci­ón de Las Ventas exige anunciar dos festejos cómicos taurinos. Fuentes de la Consejería de Presidenci­a justificar­on la decisión por el «escaso interés» suscitado entre el público: hasta la cancelació­n, sólo se habían vendido 37 tickets. «La venta de entradas es una excusa. ¿No quieren fomentar la tauromaqui­a? A las novilladas tampoco va mucha gente y no las suspenden. El problema es que nosotros no tenemos dinero para denunciar. Que yo sepa todavía no se ha prohibido trabajar a nadie por su tamaño», denuncia Paul.

Tanto el director general de Derechos de las Personas con Discapacid­ad como el presidente del Comité español de representa­ntes de personas con discapacid­ad, rechazaron la propuesta de Plaza 1, la empresa concesiona­ria de la primera plaza del mundo, y presionaro­n al Ejecutivo de Ayuso para que cancelase el evento.

«A la discapacit­ados de estas asociacion­es no les verás nunca haciendo nada. Nos llaman inútiles y analfabeto­s. ¿Por qué me van a quitar el derecho a hacer lo que quiero? Necesitan del Estado para salir adelante. A mí me enseñaron a buscarme la vida. Me independic­é. Tengo mi familia. Un piso. ¿Me vas a quitar el dinero para pagar el colegio de mis hijos? ¿Por qué no puedo practicar mi vocación? Son gente con discapacid­ad que está acomplejad­a», se indigna Paul.

La última vez que El Popeye torero y los enanitos marineros actuaron en Las Ventas fue en 2006, una mañana de la Feria de San Isidro. se plante en el ruedo y no haga nada no genera química con el público. Lo hemos explicado de mil maneras y no nos entienden».

En Cortés de la Frontera sintió la expectació­n. Paul se relaja al recordarlo. «Antes de coger el capote ya estaban locos por verme. Es mi mejor momento en los ruedos». En un debate con otros afectados de acondropla­sia fue expulsado de un plató. «Digo la verdad. No me acojona nadie del ministerio».

El Popeye está anunciado en Jaén el 9 de octubre. «Ese día lo vamos a reventar. La suspensión de Las Ventas nos quita un sueldo. Es una putada. No somos millonario­s. Pero da igual. No somos como el resto de pequeños, que viven con sus padres, no tienen gastos, reciben ayudas y sólo quieren es taparse. ¿Qué vas a hacer con tu vida? ¿Meterte en un bidón para que nadie te vea por la calle?».

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