«En Rusia no hemos superado un pasado de terror y por eso volvemos a él»
DIRECTOR DE PROYECTOS DE MEMORIAL SAN PETERSBURGO
Dimitri Pritikin, director de Proyectos de Memorial San Petersburgo, trabaja bajo una foto de una de las primeras manifestaciones en la vieja Leningrado durante la apertura del recientemente fallecido Mijail Gorbachov en la cuenta atrás para la implosión de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). A su derecha, se amontonan varios archivos con
nombres de cientos de víctimas de la represión. Y a su izquierda, un violonchelo para tratar de dar armonía a todo esto en momentos tan difíciles como los actuales. «En Rusia no hemos superado un pasado de terror y por eso estamos volviendo a él», explica en el diminuto despacho en el que recibe a EL MUNDO. En sus ojos, alegría y algo de incredulidad: acaban de conceder a su organización el Premio Nobel de la Paz.
«Me ha informado un colega de la sede de Moscú y he sentido alegría y algo más de esperanza en este mundo». En Memorial han vivido años difíciles. Hace unos meses la Justicia rusa ilegalizó Memorial
Internacional y también el Centro de Derechos Humanos Memorial. La delegación de San Petersburgo todavía funciona, aunque con trabas porque está en la lista de agentes extranjeros.
Pritikin advierte de que los problemas empezaron mucho antes: «Fue en 2011, con las primeras manifestaciones contra el Kremlin». Entonces empezó a empeorar la situación de las libertades en Rusia: «Lo que ha ocurrido ahora es continuación de todo esto». «La emigración masiva de rusos de febrero y la de ahora en septiembre es muestra de que han empezado a entender lo que está pasando», dice Pritikin, que está