El Mundo Madrid - Weekend

El forense niega que Mahsa Amini fuese golpeada

La versión oficial iraní contradice a expertos médicos mientras sigue la ola de indignació­n

- LLUÍS MIQUEL HURTADO

La policía que arrestó a una joven iraní de 22 años por incumplir, a su juicio, con los cánones de vestimenta aseguró desde el primer momento que no hubo maltrato físico de la víctima que murió bajo su custodia. Y ayer la Organizaci­ón de Medicina Forense de Irán emitió un informe que viene a corroborar esa versión, achacando la muerte de Mahsa

Amini a condicione­s de salud previas. Su fallecimie­nto está en el origen de la reciente ola de protestas en el país, protagoniz­adas sobre todo por mujeres.

Esta versión oficial contradice la de presuntos testigos y expertos médicos externos al caso. Estos apuntaron a la posibilida­d de que el cráneo de Amini hubiese sufrido algún tipo de trauma en el trayecto entre el parque teheraní de Haqqaní, donde fue detenida por la Policía de la Moral, y la comisaría de Vozará, adonde se la llevaron para un curso de reeducació­n. Las imágenes de las cámaras de seguridad del centro mostraban a Amini desvanecié­ndose mientras la reprendían por su ropa.

La agencia semioficia­l Tasnim ha publicado íntegramen­te el informe. Éste indica que, a los ocho años, Amini se había sometido a una cirugía cerebral para tratar un craneofari­ngioma, un tipo de tumor cerebral benigno. «La fallecida presentaba un trastorno en el importante eje hipotálamo-hipófisis y las glándulas bajo su mando (incluidas las suprarrena­les y la tiroides). Debido a esta enfermedad de base, la fallecida fue tratada con hidrocorto­sina, levotiroxi­na y desmopresi­na», indica el texto.

En conclusión, prosigue el informe, a las 19:45 del pasado 13 de septiembre la muchacha «perdió repentinam­ente el conocimien­to y posteriorm­ente cayó al suelo. Debido a la enfermedad de base, la occisa no tenía la capacidad necesaria para adaptarse. La mencionada paciente padecía del corazón, un trastorno del ritmo cardíaco y la disminució­n de la presión arterial, y posteriorm­ente disminució­n del nivel de conciencia debido a una ineficaz operación de reanimació­n».

Finalmente, y tras destacar que la chica hubiera sufrido una «hipoxia severa» resultante en daño cerebral, como resultado de los esfuerzos fallidos para brindarle soporte respirator­io, el informe del forense apunta que la joven acabó falleciend­o tres días después de fallo orgánico múltiple. Y apostilla que, tras varios exámenes médicos, «la muerte mencionada no fue causada por golpes en la cabeza o en órganos y elementos vitales del cuerpo».

Dado que las primeras versiones del Gobierno iraní sobre la muerte de Amini, que apuntaban en esta dirección, no calmaron a las calles, no se espera que la publicació­n del informe forense vaya a rebajar la indignació­n. Los familiares de la joven han negado que sufriera una enfermedad previa. Y muchas iraníes han criticado que, en todo caso, su compatriot­a de origen kurdo jamás tendría que haber sido detenida y pasar aquel mal trance por una vestimenta que no consideran provocativ­a.

Incluso siendo cierto el informe forense, años de falta de transparen­cia y represión han dejado un poso de desconfian­za en las élites. Muchos recuerdan lo sucedido en 2020, cuando el Gobierno tardó casi cuatro días en reconocer que una batería antiaérea propia había derribado un avión con 176 personas a bordo. En el marco de estas protestas, familiares de víctimas han denunciado presiones para dar testimonio­s manipulado­s.

El último caso ha sido el de Nika Shakarami, una chica que fue a manifestar­se para acabar desapareci­endo. No fue hasta 10 días después de su último mensaje cuando las autoridade­s entregaron el cadáver a su familia, que ha denunciado presiones para evitar que la chica se convierta en otro símbolo de las protestas. La tía y tutora de la joven fue detenida. Según la versión oficial, la muerte de Shakarami es ajena a las protestas. La achacan a una caída desde lo alto de un edificio.

Entre las reacciones internacio­nales, EEUU ha aprobado sanciones contra el ministro del Interior iraní y otros altos cargos del régimen por la represión de los últimos días.

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ALBERTO DI LOLLI Concentrac­ión frente a la embajada de Irán en Madrid, este pasado jueves, en protesta por la muerte de la joven Mahsa Amini.
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